Dormir la siesta para los niños: conoce sus beneficios

Dormir la siesta para los niños es fundamental al menos durante los primeros tres años de vida. Dormir la siesta después de comer es bueno para la salud y, en el caso de los más pequeños, es sumamente beneficiosa para relajar el cuerpo y favorecer el descanso.

Favorecer la siesta de los más pequeños evitará la falta de sueño que puede traducirse en irritabilidad e hiperactividad. Y además, tal y como subrayan los expertos, eliminar la siesta a los niños que les cuesta dormir por la noche no hará que concilien mejor el sueño.

Importancia de la siesta en la infancia

Durante los primeros años el niño adquiere todas las bases que necesitará a lo largo de su vida para aprender conocimientos y a relacionarse con los demás. Según estudios realizados por el Departamento de Psicología de la Universidad de Arizona la siesta en niños les ayuda a discernir lo relevante de lo que realmente no lo es. Este momento, en el que el cuerpo descansa y la mente aparentemente también, ayuda a canalizar lo que el niño ha estado aprendiendo hasta ahora, sin que esto se le olvide.

Por lo tanto, esto indica que la siesta favorece el aprendizaje. Si hablar a los niños e introducirlos en la lectura es algo sumamente beneficioso, esto lo es más si lo acompañamos de una siesta. En ella, según los expertos el conocimiento se transforma en pensamiento.

Otro estudio, realizado en este caso por el Instituto Salk de la Jolla (EEUU), y publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences, corroboró además los beneficios de dormir la siesta en horario escolar para los niños de los cursos de Educación Infantil, al reforzar su memoria y capacidad de aprendizaje.

Beneficios de la siesta para niños

Aparte de los beneficios que supone la siesta para el aprendizaje también hay que tener en cuenta otros factores importantes:

  • Repone fuerzas evitando el agotamiento.
  • Reduce la hiperactividad y la ansiedad.
  • Reduce el riesgo de padecer a la larga una enfermedad de corazón.
  • Es necesaria para el desarrollo físico y neurológico.
  • Mejora la digestión.
  • Facilita la conciliación del sueño por la noche.

¿Cuánto debe durar la siesta de los niños?

Los horarios de sueño de los bebés y niños varían en función de la edad. Siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española del Sueño, esto es lo que debe durar la siesta de los niños:

  • 4 meses: 3 siestas al día / 4-6 horas.
  • 6 meses: 2 siestas al día / 3-4 horas.
  • 9 meses: 2 siestas al día / 2-4 horas.
  • 12 meses: 1-2 siestas al día / 2-3 horas.
  • 24 meses: 1 siesta / 1-2 horas.
  • 36 meses: 1 siesta / 1 hora.

¿Cómo hacer para que mi hijo duerma la siesta?

  • No conviene forzar al niño a dormir la siesta, pero sí preparar ofrecer la posibilidad de hacerlo y preparar el ambiente para que descansen (música suave, cuentos o canciones) puede ayudar.
  • Hay que seguir una rutina de sueño tanto al acostarse por las noches como al hacerlo durante el día. Cuando se detecten señales de sueño (estar inquieto o frotarse los ojos), hay que llevarle a la cama para que sea consciente del acto de ir a dormir y concilie el sueño el solo.
  • Planificar el día para que pueda dormir la siesta después de comer, el momento más propicio.
  • Evitar que la siesta sea demasiado tarde (no más allá de las 5 de la tarde), para que no interfiera en el descanso nocturno.
  • No es necesario poner el pijama ni dejar la habitación totalmente a oscuras. Un poco de luz ayudará al niño a diferenciar entre el sueño nocturno y el descanso de la siesta.
  • A medida que crece, y ya no quiere dormir la siesta, puedes ofrecer a tu hijo la opción de dedicar el tiempo de la siesta a realizar una actividad relajada (leer, jugar en su habitación).

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