La amniocentesis se sustituirá por un análisis de sangre

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Una prueba mucho menos invasiva. Este es el objetivo de los investigadores a la hora de buscar una prueba para sustituir a la amniocentesis. Y el sustituto podría ser un sencillo análisis de sangre. Así, al menos, lo consideran los investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, que han publicado los resultados de una investigación científica llevada a cabo. Investigación en la que se constató que a través de una sencilla muestra de sangre de la madre es posible hacer el mapeo genético del ADN del feto, ya desde el primer trimestre del embarazo. Esta prueba vendría a sustituir a la amniocentesis, una prueba eficaz para detectar el síndrome de Down y otras anomalías genéticas de forma temprana. También podría reemplazar otras pruebas genéticas de diagnóstico prenatal que, por ejemplo, implican a los dos progenitores.


Cartografía del ADN del feto, los límites de la investigación
Aunque los resultados han sido positivos, los investigadores también se han mostrado cautos ya que habría que confirmar la validez de la prueba en un número mayor de mujeres embarazadas. Es decir, tendrán que ser los estudios científicos adicionales los que demostrarán si su fiabilidad es la correcta. Según señalaron los responsables del estudio, «estamos interesados ​​en la identificación de las condiciones que pueden ser tratadas antes de nacer o poco después. Sin este diagnóstico los bebés con problemas metabólicos o trastornos del sistema inmune no pueden ser tratados hasta que manifiestan sus síntomas». El diagnóstico tardío, en ocasiones, puede comprometer la salud de los niños de forma permanente. No es la primera vez que los investigadores plantean esta hipótesis y siguen este camino para encontrar una técnica de análisis novedosa y que sea al mismo tiempo mínimamente invasiva, menos que la amniocentesis o la muestra de vellosidades coriónicas, incluso a un coste menor para la sanidad.

La amniocentesis: Qué es
La amniocentesis es la técnica más común para obtener muestras biológicas que permitan el diagnóstico prenatal del feto. Se realiza entre la semana 16 y 18 de gestación. ¿Cómo se realiza? Con la inserción de una aguja en el útero a través del abdomen de la mujer embarazada. Aunque es una prueba muy eficaz, sí es cierto que no es capaz de identificar todas las patologías fetales conocidas. Específicamente cuando se realiza esta prueba se buscan las más frecuentes o significativas en términos de estadísticas, como la sordera congénita o trisomía 21.

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