Parto en el agua: pros y contras

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¿Parto en el agua? Es un opción, si bien antes de decidir si quieres que tu hijo venga al mundo en una bañera llena de agua conviene analizar cuidadosamente los pros y los contras. Vamos a ver, con más detenidamente, en qué consiste exactamente el parto en el agua.
 
¿Cuáles son las ventajas del parto en el agua?, ¿implica riesgos o contraindicaciones? Son algunas de las preguntas a las que conviene dar respuesta si, como futura madre, estás pensando en esta alternativa para dar a luz, la cual tiene sus seguidores y sus detractores. Antes de tomar una decisión definitiva, conviene tener en cuenta una serie de aspectos. Vamos a ver algunas cuestiones que nos pueden servir de ayuda.
 

Parto en el agua: en qué consiste

En el parto en el agua, como su nombre indica, gran parte del cuerpo de la madre se sumerge en el agua, en una bañera adecuada y contando con la asistencia del personal sanitario adecuado. La temperatura adecuada del agua oscila entre los 35 y los 37 grados centígrados. La bañera debe ser lo suficientemente grande como para permitir a la futura madre moverse con facilidad, así como estar hecha de materiales que sean fáciles de limpiar y desinfectar (plástico, fibra de vidrio), para evitar riesgo higiénico en la parte del cuerpo sumergida en el agua.
 

Los pros del parto en el agua

El parto en el agua resulta menos doloroso, gracias a la liberación de endorfinas, analgésicos naturales que produce el cuerpo, unido a la acción, también analgésica, del agua. El agua crea un entorno cálido y acogedor, de efecto relajante y antiansiedad. La mujer embarazada en el agua puede moverse más fácilmente, gracias, sobre todo, la ausencia de gravedad, lo que elimina el peso de la barriga. De esta manera, durante el parto y las contracciones podrá acomodar más fácilmente el cuerpo.
 
El agua es el medio ideal para facilitar la expulsión, gracias a la acción relajante y calmante. La presión abdominal disminuye, lo que facilita las contracciones uterinas, mejorando la circulación y la oxigenación de los tejidos, tanto para la madre como para el feto.
 
El parto en el agua también reporta beneficios para el recién nacido que no deben ser subestimados. Así, por ejemplo, el agua se asemeja al ambiente intrauterino en el que se ha desarrollado durante los últimos nueve meses, lo que facilita una transición menos traumática hacia el mundo exterior.
 

Los contras del parto en el agua

El parto en el agua excluye la posibilidad de recurrir a la epidural. El catéter, a través del cual se administra gradualmente el anestésico, no es compatible con el agua y, especialmente, con la inmersión de la madre embarazada.
 
En algunos casos, es mejor evitar el parto en el agua, por ejemplo, en las situaciones de riesgo para la salud de la futura madre o del niño; la presencia de enfermedades graves transmitidas por la madre, como la preeclampsia o presión arterial alta; cuando el bebé es prematuro; cuando el embarazo es de gemelos; cuando el bebé viene de nalgas o hay signos de sufrimiento fetal.
 
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