Los cambios hormonales, el incremento del tamaño del útero (al comprimirse la vejiga se retiene más orina lo que puede favorecer la proliferación de gérmenes) o la glucosa en orina pueden ser algunas de las causas que desencadenen una cistitis o infección urinaria durante el embarazo, siendo más vulnerables aquellas mujeres que antes del embarazo hayan padecido cistitis recurrentes. La principal responsable de la cistitis es la denominada bacteria E.Coli (Escherichia Coli), siendo los síntomas más frecuentes la necesidad constante de ir al baño y expulsar poca orina (lo que se conoce como polaquiuria), dolor al miccionar (en términos médicos disuria), olor de la orina, dolor en el bajo vientre y, en ocasiones, restos de sangre en la orina (conocida como hematuria).
Causas
Las causas de la cistitis durante el embarazo son en la mayoría de los casos de origen bacteriano, y en particular de la bacteria E.Coli. Tal y como hemos señalado, los cambios hormonales propios del periodo de gestación (en especial el aumento de la progesterona) y la compresión de la vejiga por el aumento del tamaño del útero (sobre todo en el último trimestre, lo que dificulta el vaciado completo de orina), suelen estar detrás de la mayoría de episodios de cistitis. A esto hay que añadir el estreñimiento, que, como sabemos, es muy común durante el embarazo, ya que este trastorno se agrava debido al incremento de las bacterias intestinales.
La cistitis es una infección que hay que tratar, ya que si se vuelve recurrente puede entrañar riesgos para la madre y para el futuro bebé. Complicaciones más o menos graves que van desde la pielonefritis a la infección renal o parto prematuro (ésta última se produce con una muy baja incidencia).
Prevención
Recurrir a los fármacos solo debe realizarse bajo prescripción médica durante el embarazo. Entre las medidas preventivas se incluyen una serie de buenos hábitos, como el beber suficiente agua cada día para facilitar la limpieza y el vaciado de la vejiga. De igual manera hay que evitar las bebidas ricas en azúcar, las bebidas alcohólicas, así como los alimentos picantes, grasos o fritos. En su lugar se recomienda apostar por las frutas y verduras, ricas en agua. Y entre las frutas, el mejor aliado es de color rojo, el color de los arándanos. Otro consejos a seguir es evitar utilizar ropa ajustada o ropa interior de tejidos que no sean naturales. También es importante reforzar los cuidados de higiene íntima.
Remedios naturales
Hay una serie de remedios naturales que nos pueden resultar eficaces para aliviar los síntomas:
Manzanilla y malva
Ambas, tomadas en infusión, brindan un efecto antiséptico y antiinflamatorio. También tienen un efecto depurativo. Se pueden tomar varias tazas al día.
Arándanos
Se pueden tomar los arándanos de forma natural o en zumo. Además de sus reconocidos beneficios para prevenir y aliviar la cistitis, son ricos en antioxidantes.
Infusiones de alcachofa, hinojo y apio
Las infusiones preparadas con estos ingredientes favorecen la diuresis y, por tanto, ayudan a eliminar las bacterias que causan la inflamación.
Baño de asiento
Los aceites esenciales también pueden resultar un efectivo remedio para aliviar síntomas como el ardor. Añadir 15 gotas de aceite esencial de eucalipto, hinojo dulce o bergamota en el agua de la bañera. Sumergirse durante 15 minutos. Al salir, secarse bien la zona.
Remedios homeopáticos
También hay algunos remedios homeopáticos, como Cantharis, aconsejable si se detecta sangre en la orina o dolor al orinar, y Berberis, más adecuado en caso de dolor en la zona de los riñones.
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