Hábitos imprescindibles para que tu casa siempre esté limpia

La falta de tiempo, las prisas y la pereza hacen que tengas siempre la casa manga por hombro. Y es que, aunque este limpia, hay ciertas costumbres que acaban con todo tu trabajo en un santiamén. Si conviertes todos estos gestos en hábitos lograrás que tu casa esté mucho más limpia durante más tiempo. Recuerda que para incorporarlos a tu rutina de manera definitiva deberás repetirlas durante 21 días seguidos.

Hacer la camaEs una de las tareas más fáciles de realizar y una de las que menos tiempo van a quitarte. Al levantarte por la mañana abre la ventana y deja que se ventile tu dormitorio mientras desayunas. Después estira las sábanas y el edredón (si es invierno). Para no complicarte demasiado coloca solo uno o dos cojines como adornos y prescinde del plaid.

Despejar mesas y encimerasSin dudas son las superficies que transmiten una menor sensación de orden. Si eres de las tienden a dejar libros, revistas y otros trastos en la mesa del comedor deberás buscarles un sitio y asegurarte de que las guardas una vez que las hayas utilizado. Lo mismo ocurre con las encimeras del baño y la cocina. Guarda los utensilios de cocina y tus productos de belleza cuando hayas acabado con ellos.

Hazte multitareaEn lugar de esperar media hora a que se haga el sofrito aprovecha esos minutos para ir recogiendo la cocina, tender la ropa o fregar los cacharros que hayas manchado cocinando. Así lograrás sacar partido a los tiempos de espera y tendrás todo recogido para cuando acabes. Eso sí, no te olvides de remover lo que tengas en el fuego de vez en cuando.

Limpia lo que ensuciesSi se te caen unas gotas de zumo en la encimera de la cocina mientras te preparas el desayuno no esperes a volver a casa para limpiarlas. Ten una bayeta siempre a mano para limpiar lo que se te caiga. El suelo de la cocina es uno de los sitios que más suciedad acumulan en casa. Friégalo a diario o cada dos días y evitaras que la suciedad se extienda al resto de las habitaciones.

Guarda tu ropaAcumular la ropa sucia encima de la cama, sobre una silla o incluso el escritorio de tu cuarto no es buena idea. Sobre todo porque transmite una imagen de poca limpieza que no se corresponde con la realidad. Coloca un cesto en el cuarto de baño para las prendas utilizadas y guarda enseguida aquellas que puedas volver a utilizar al quitártelas.

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