Celos patológicos en la pareja: ¿En qué consisten? Hemos oído muchas veces la expresión “es un celoso patológico” pero, ¿realmente sabemos a qué nos estamos refiriendo? En muchas ocasiones, estamos hablando de personas que tienen celos, no necesariamente patológicos. La celopatía, celotipia o celos patológicos es un trastorno que puede llegar a ser muy destructivo, tanto para el que los sufre como para la persona que es objeto de esos sentimientos. Pero, ¿en qué se distinguen los celos de los celos patológicos?, ¿cómo podemos saber si una persona sufre de esta patología?
Muchos expertos coinciden en señalar como causa de la violencia de género los celos y no el machismo. Por ello es muy importante saber identificar cuándo se están sufriendo celos de este tipo para poder buscar soluciones lo antes posible. La persona objeto de este tipo de celos no tiene por qué ser la pareja, puedes sentirse también de los amigos, la familia, compañeros de trabajo… No aparecen en la edad adulta ni cuando tienes pareja, sino que suele desarrollarse en la infancia y sí se incrementan conforme el individuo va creciendo.
¿Cómo reconocemos a un celoso patológico?
- Son personas con baja autoestima y tremendamente inseguras.
- Siempre quiere controlarlo todo, se muestra muy dominante.
- Duerme poco o de manera intermitente, pues está continuamente pensando que su pareja le engaña. Puede, incluso, llegar a levantarse por las noches mientras su pareja duerme buscando supuestas pruebas de infidelidad.
- Desconfía continuamente de los que están cerca de su pareja. Manifiesta odio, por ejemplo, hacia los amigos o amigas de su pareja o hacia sus compañeros de trabajo. No soporta que salga sola o que tenga que ir de viaje por trabajo.
- Revisa el móvil de la otra persona, así como las redes sociales, la ropa e, incluso, el coche.
- Siempre que manifiesta celos, estos están basados en algo que se imagina y no en un hecho real y le parece intolerable que su pareja no se encuentre localizable en todo momento.
- Nos debemos olvidar de los estereotipos. El padecer esta patología no está reñido con la juventud, de hecho las estadísticas muestran todo lo contrario.
Cuando una persona responde a estos síntomas, lo mejor es buscar ayuda en un especialista. No nos podemos olvidar de que se trata de una enfermedad y de que no podemos solucionarlo nosotros solos.
