Todos hemos tenido relaciones con altibajos, nos hemos topado con parejas equivocadas, hemos vivido experiencias sentimentales más o menos negativas. El final de un amor puede ser doloroso o una liberación, pero en cualquier caso es una experiencia importante que nos hace comprender muchas cosas de nosotros mismos: cuáles son nuestros deseos, qué buscamos en una persona, qué nos hace felices.
Las quemaduras del pasado, ya sean pequeñas o grandes, son útiles cuando iniciamos otra relación para comprender si hemos encontrado a la persona adecuada. Pero no siempre somos tan racionales: llevados por la emoción, abrumados por los sentimientos, a veces nos sentimos confusos. ¿Cómo entender si quien tenemos a nuestro lado es el indicado para nosotros?
Tratemos de responder con 10 señales inequívocas que indican que la persona con la que estamos podría ser la indicada, el alma gemela con quien construir el futuro en el marco de una sana historia de amor…
No hay competencia, ni contigo ni con los demás
Uno de los elementos que más resta serenidad a una pareja son los celos. Esto puede tener muchas facetas, y todas ellas pueden tener derivas muy tóxicas. A menudo es síntoma de una mezcla mortal de inseguridad y falta de confianza capaz de socavar la relación con un bagaje de venenos y sospechas difíciles de morir. Y el cortocircuito de la ira y la insatisfacción se convierte en la nota dominante en la vida de dos.
Cuando tu pareja compite con otros por tu atención, y te prohíbe tener contacto con otras personas, desde amigos hasta familiares, o compite contigo desvirtuando tus éxitos, tus esfuerzos y hasta los tuyos, entonces significa que algo anda mal.
La persona adecuada es tu cómplice y te apoya ante todo. Hay confianza y estima mutuas, proteged vuestros espacios y podréis permanecer separados sin angustias ni problemas.
Es fiable: el amor es presencia, no ausencia
Estar ahí lo es todo en una relación, y hay que tenerlo en cuenta cuando acabamos en la espiral de historias tóxicas donde la pareja nos mantiene en jaque con su actitud de encendido/apagado continuo.
A veces, el silencio y la ausencia son el arma más dolorosa que existe. No saber si la persona nos llamará o regresará y cuándo. Son formas muy poderosas de chantaje psicológico. Esto se debe a que, al carecer de seguridad, tendemos a correr detrás de la persona que pide atención. ¿Cómo puedes construir algo así?
La persona adecuada siempre está cerca de ti, incluso cuando estás físicamente separado, sabes que puedes contar con ella en cualquier momento y es tu hombro, tu roca en equilibrio y apoyo mutuo.
Nos comunicamos y discutimos (pero de buen rollo)
La unión es muy importante en una relación. A menudo, si has estado soltero durante mucho tiempo, es un poco más difícil suavizar tus esquinas y adaptarte a las necesidades de la otra persona, pero en el amor, el arte del compromiso lo es todo. y aprendes poco a poco.
Para no estar descontento, tener asuntos pendientes, mal humor o incluso rencores, es fundamental ser claro y hablar con tu pareja, aunque signifique discutir. Cuando del otro lado nos encontramos con un muro de goma, una persona que no quiere escuchar o, peor aún, no quiere enfrentarse a discusiones, quizás tengamos que hacernos dos preguntas. Cuanto más pospone un problema, más corre el riesgo de volverse irresoluble.
La persona adecuada no se detiene ante los problemas y discusiones, escucha tus peticiones y explica claramente las suyas, dialoga y colabora para encontrar una solución común. Les ayuda a ambos a encontrar el equilibrio adecuado, se comunica y discute contigo, pero lo hace bien sin faltar al respeto.
El amor puede acabar, pero el miedo al abandono no puede ser una amenaza
Cuando una persona ha pasado por experiencias traumáticas, puede estar aterrorizada a ser abandonada. Esto desencadena una serie de comportamientos que conducen al vínculo con la pareja no por amor, sino a través de un verdadero chantaje emocional que conduce a un mal y peligroso hábito.
Escuchamos repetidas frases como «Me dejarás», «Si me dejas no sé lo que hago», «Eres mi vida, sin ti no puedo existir» que a la larga crean un sometimiento psicológico a la persona con la que estamos. Por mucho que nos gustaría dejarla, fracasamos por lo imprevisible de su reacción, suspendida en el limbo de las continuas “amenazas”.
La profunda inseguridad que hay detrás de estas conductas debe ser atendida con profesionales capacitados, de lo contrario es muy perjudicial. Una persona segura de sí misma no solo es consciente de tener valor y poder ser amada por lo que es, sin chantajes, sino que sobre todo sabe que el amor puede acabar: por mucho que duela, no mata.
La persona adecuada no necesita frenarte aprovechando el sentimiento de culpa, sino que sabe dar y recibir amor de forma natural aceptando cualquier derrota.
Os divertís juntos
La tumba del amor no es el matrimonio, sino el aburrimiento. No querer pasar tiempo con tu pareja porque no hay nada que decirse, pasiones que compartir o bromas que hacer es síntoma de que algo se ha roto. O que ya no hay ganas de caminar juntos por los senderos de la vida.
El amor es un trabajo: es un edificio en continua construcción y renovación. Por eso nunca debemos olvidar que la rutina también debe dar espacio a la diversión para dos…
La persona adecuada sabe restar importancia incluso en los momentos más difíciles, sabe encontrar una actividad para hacer juntos que los haga divertirse. Él conoce tus gustos y nunca pierde la oportunidad de hacerte sonreír y sorprenderte.
La persona correcta «ama» a la persona que amas, aunque no demasiado
Discutir sobre temas que no están relacionados con la pareja sucede a menudo, incluso en una relación sana, pero no discutes sobre a quién amas. Una pareja que se enfada si pasas demasiado tiempo con familiares no escucha tus necesidades y pisotea tus sentimientos.
La persona correcta ama a los que amas, aunque sea de una forma diferente y tal vez no demasiado. Es complaciente y comprensivo, incluso cuando llega un invitado que no le agrada mucho pero que sabe que a ti te importa.
Si no lo ves, te lo pierdes
Sentir la ausencia de alguien significa apreciar su presencia, y es una clara señal de que la relación avanza en la dirección correcta. Cuando te sientes cómodo con alguien, casi se desencadena una «adicción positiva» que te empuja a desear y sentirte querido, en la dosis adecuada.
La persona indicada para ti es la que extrañas y sueñas con ver a tu lado. Y comparte esta visión dirigiéndote a ti el mismo pensamiento.
No descarga sobre ti su estrés: el amor no es un pararrayos
Si al final de un día difícil se encuentra rastreando los errores de los demás, o si esconder todos los problemas externos se ha convertido en una rutina, algo anda realmente mal. Está bien subrayar las notas críticas de la vida cotidiana, pero sin excesos. Así que, si tu pareja suele descargar sobre ti demasiadas ansiedades y estrés, llegando incluso a chocar, tienes que cambiar de rumbo.
La persona adecuada sabe recoger sus derrotas personales sin lastrar la relación con un inútil bagaje de tensiones. El amor no es un pararrayos…
Siempre reconoce tu compromiso
Suele pasar que detrás de una gran riña hay poca gratitud. De esfuerzos, compromisos, expectativas. Y cuando suceda, presta atención: es señal de que la estima empieza a fallar.
La persona adecuada siempre reconoce tus méritos y cuánto de ti pones para que las cosas funcionen, ya sea tu propia historia o la gestión del hogar familiar.
No siempre estamos en la misma onda, el amor también es paciencia
Cuidado con los falsos mitos. Quien dijo que una pareja es saludable si los dos siempre están en la misma longitud de onda, nunca se ha enamorado realmente.
Amor es también aceptar la diversidad de puntos de vista y perspectivas del otro, y es sobre todo tenacidad y entusiasmo para llegar al famoso «compromiso» del que hablábamos hace unos párrafos.
La persona adecuada no es tu fotocopia: piensa ante todo con la cabeza y propone su lectura de las cosas, desde los planes de pareja hasta los acontecimientos que rodean o afectan directamente a la relación. Nunca tira la toalla en la construcción de un camino común, y nunca olvida tus sueños: el amor es ante todo paciencia.
