5 cosas que probablemente haces mal en la ducha

Puede parecer fácil, pero presta atención a las cosas que probablemente haces mal en la ducha de manera casi inconsciente. El ritual de la ducha (lavar el cuerpo, enjuagar y secar con una toalla) influye especialmente en la salud de la piel.

La misma piel se encargará de delatar los errores en la ducha, o descuidos por las prisas. Si la piel tiene una apariencia seca y escamosa, especialmente en los meses de frío, puede que estemos cometiendo algunos errores fáciles de detectar. Las cosas que haces mal en la ducha tienen consecuencias para la piel, tal y como subrayan los expertos en dermatología. Toma nota de los errores que conviene corregir para disfrutar de una ducha relajante y saludable.

Tomar baños calientes muy largos

Es cierto que no hay nada como una ducha de vapor o agua muy caliente en una mañana fría o para relajarse después de una jornada estresante. Sin embargo, esto no es bueno para la piel. El exceso de agua caliente destruye los aceites naturales de la piel, haciéndola más vulnerable, por ejemplo a la aparición de eccemas. Incluso puede aumentar el prurito generalizado.

Una ducha con agua fría puede resultar poco tentador, así que lo más recomendable es darse una ducha corta con agua tibia. Girar el grifo y aplicar un chorro de agua fría para aclarar la piel tampoco tiene grandes beneficios. El frío cierra los vasos sanguíneos que se dilatan con el calor.

Utilizar jabones y geles con excesiva espuma

Usar productos que hacen más espuma no los hace más efectivos, sino todo lo contrario, pueden secar la piel y darle un aspecto áspero. El ingrediente de los jabones y geles que hace que produzcan más espuma es un agente tensioactivo. Los surfantes para el jabón son sustancias químicas que atraen tanto el agua como el aceite natural de la piel. Uno de los síntomas que pueden aparecer es una sensación de picazón en la piel causada por la sequedad. En estos casos, es tan sencillo como cambiar el producto por uno más suave.

En caso de algún problema en la piel, consultar al dermatólogo sobre los productos específicos para su cuidado e hidratación.

No enjugarse bien todo el cuerpo

Si llevamos prisa, muchas veces salimos de la ducha con restos de jabón, sobre todo en la zona del cuello o la nuca. No enjugarse adecuadamente puede causar irritación de la piel y sequedad. En este caso, el tipo de producto también influye, porque algunos, como los que incluyen ingredientes hidratantes adicionales, sí ayudan a restaurar la piel después de la ducha.

Aplicarse una máscara facial después de la ducha

Es un gesto común, lavarse la cara en la ducha y luego aplicarse una mascarilla. Sin embargo, no es así como se recomienda hacer, sino al contrario. Es mejor aplicar la mascarilla antes de lavarse la cara. Hacerlo al contrario puede provocar mayor sequedad en algunos tipos de pieles. Cualquier producto que se aplique después de la ducha se absorbe mucho más rápido, por lo que si aplicamos la mascarilla puede causar irritación.

El producto más recomendable para darse después de la ducha es una crema hidratante.

Utilizar una toalla áspera

Después de la ducha, sobre todo en los meses de frío, nos apresuramos para secarnos y vestirnos lo más rápido posible. Sin embargo, olvidamos que el secado de la piel es tan importante como la propia ducha. Para prevenir la piel seca lo mejor es utilizar una toalla suave, dando suaves palmaditas para retirar la humedad. El agua de la piel se evapora muy rápido después de la ducha, por lo que es importante aplicarse una crema hidratante para evitar problemas de sequedad, en los brazos, piernas y otras partes que tienden a secarse.

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