Alzheimer: Trastornos de comportamiento

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Alzheimer: Trastornos de comportamiento. Considerada como la enfermedad del olvido, ya que la pérdida de recuerdos y de memoria es uno de sus principales síntomas. Un trastorno neurodegenerativo del que todavía no se conocen todas las respuestas. Pero además de la pérdida de memoria, fundamentalmente de la memoria a corto plazo o más reciente, el Alzheimer también conlleva una serie de trastornos de comportamiento a los que se conviene prestar especial atención, trastornos que van desde la apatía al estrés crónico.
 
Los fallos de memoria reiterados (desde el olvidar hechos recientes al nombre de los objetos o personas) son uno de los síntomas principales del Alzheimer, una enfermedad neurodegerativa que está directamente relacionada con el envejecimiento. Aunque todavía se desconocen las causas explícitas de su origen, lo que sí está constatado es que el Alzheimer, la enfermedad del olvido, provoca un deterioro progresivo de las neuronas y de sus conexiones, lo que redunda en una merma de la memoria y el lenguaje,entre otras funciones. Un trastorno progesivo y que, a medida que entra en una fase más avanzada, también puede provocar trastornos del comportamiento, incluyendo desorientación, apatía, estrés o cambios de estado de ánimo y depresión. Trastornos que influyen y pueden llegar a mermar la calidad de vida del paciente. El Alzheimer es una patología que, según datos de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer, afecta a unas 800.000 personas en nuestro país, lo que en términos sanitarios se traduce en un coste de 30.000 euros por paciente al año.
 

Alzheimer y alteraciones de la conducta

Los trastornos de comportamiento o alteraciones de la conducta más frecuentes entre los pacientes diagnosticados de Alzheimer son:

  • Estrés: Los expertos mantienen que las personas más propensas a padecer estrés también son más vulnerables a desarrollar Alzheimer. El motivo estaría, y así lo han constatado en los ensayos clínicos llevados hasta el momento, en que el estrés que en nuestro cerebro se acumulen agregados de las denominadas proteínas tau, afectando especialmente al hipotalamo, la zona del cerebro en la que se forman y almacenan los recuerdos. El estrés y la ansiedad pueden derivar, en algunos casos, en otros problemas de salud, como la hipertensión o la bajada de defensas, siendo por ejemplo más vulnerables a una infección respiratoria o gripe.
  • Apatía: Una consecuencia que se da, según el estudio TRACA de la Fundación Alzehimer España, en el 99 por ciento de los pacientes diagnosticados de Alzheimer. Apatía que se traduce en indiferencia y desmotivación y que, como también apuntan los expertos, es el más frecuente de los trastornos del comportamiento vinculado al Alzheimer.
  • Depresión: Más del 80% de los pacientes con Alzheimer padecen depresión.
  • Fatiga y alteraciones del sueño y el apetito: En 7 de cada diez casos suele darse un problema de fatiga, mientras que las alteraciones del sueño se dan en tres de cada diez. La agitación, por su parte, puede conllevar irritabilidad, falta de colaboración y resistencia a dejarse ayudar en los cuidados básicos (como el vestirse o comer) y, en algunos momentos, incluso conllevar agresividad verbal o física contra objetos y personas.

Otros trastornos de comportamiento que también se han relacionado con el Alzheimer y con su aparición en diferentes fases de la enfermedad serían los comportamientos repetivos, el rechazo a estar con gente y, al mismo tiempo, el temor a quedarse solos, o incluso las ideas delirantes y fases de euforia excesiva.
 

Tratamiento Alzheimer

Aunque la medicina sigue dando pasos de gigante en el tratamiento de esta enfermedad, todavía no hay ningún tratamiento ni terapia efectiva al cien por cien y que permita curar el Alzheimer. Sí se pueden retardar o frenar la evolución de sus síntomas. En algunos casos, y siempre bajo prescripción médica, se pueden administrar fármacos para evitar los problemas de conciliación del sueño o de ansiedad, aunque no se debe en ningún caso recurrir a un tratamiento sedante intenso, ya que son la respuesta del paciente a las estimulaciones del entorno, por lo que se debe buscar su causa y, con el papel fundamental del cuidador, establecer unas pautas de actuación ante situaciones difíciles. La terapia conductual es una herramienta que reporta beneficios tanto al paciente como al cuidador en el desempeño de su papel. Una terapia para relajar al paciente y que, además, se basa en un programa de ejercicios físicos y de actividades para la rehabilitación cognitiva.
 

Figura cuidador Alzheimer

Cuidar al cuidador. Este es el mensaje sobre el que médicos y expertos en el tratamiento y diagnóstico del Alzheimer también inciden, ya que cumplen un papel fundamental en la atención y cuidado de las personas con un trastorno neurodegenerativo. Además, los trastornos físicos influyen menos en el cuidado que los trastornos del comportamiento. Un cuidado y una atención que también influyen en la salud del cuidador, pudiendo provocar problemas de estrés, ansiedad e insomnio, entre los más comunes.

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