Consejos para dejar de ser obsesiva

Para dejar de ser obsesiva por algo, lo primero es reconocer el temor, preocupación o miedo que subyace detrás de ese pensamiento recurrente. Identificar aquello con lo que estamos demasiado obsesionadas. No solo se puede tener obsesión por la limpieza, a las compras e incluso obsesión por enamorarse, hay otros pensamientos obsesivos que pueden bloquear nuestra mente.

Las obsesiones dañan la salud emocional, y lejos de traer felicidad suelen venir acompañadas de ansiedad, frustración o enfado, entre otras emociones negativas.

¿Qué son los pensamientos obsesivos?

Los pensamientos obsesivos son aquellas ideas involuntarias, repetitivas y a las que damos vueltas de manera recurrente. Son pensamientos negativos, y al focalizar toda la atención en ellos no hacemos sino aumentar la carga de estrés y ansiedad. Pensamientos que pueden influir en el estado de ánimo y en el comportamiento.

La mayoría de estos pensamientos pasan inadvertidos, pero hay personas para las que terminan convirtiéndose en una obsesión cotidiana.

¿Cómo saber si soy una persona obsesiva?

Las características de una persona obsesiva más comunes son:

  • Preocuparse en exceso por todo.
  • Dificultad para deshacerse de cosas.
  • Falta de generosidad.
  • Excesiva preocupación por el trabajo.
  • Inflexibilidad de pensamiento.
  • Llevar horarios estrictos.
  • Falta de empatía.
  • Dificultades para resolver problemas.

¿Cómo dejar de ser obsesiva?

Para dejar de ser obsesiva hay que aprender a controlar los pensamientos y a canalizar las emociones. Estos son algunos consejos que podemos poner en práctica.

Cuanto más intentas evitar un pensamiento recurrente, más se afianza. Para enfrentarse a las obsesiones hay que aceptarlas, saber qué las provoca y no sentirnos culpables por ello. Si identificas qué genera la ansiedad, podrás aprender a controlar estas situaciones y con ello los pensamientos obsesivos.

Algo tan sencillo como llevar un diario para anotar aquello a lo que no paras de dar vueltas. Utiliza el diario para plasmar los pensamientos negativos y vaciar así la mente.

Una mente activa es sinónimo de bienestar emocional. Para combatir la ansiedad, y mantener ocupada tu mente, dedica tiempo a aquello que te hace sentir bien. El ejercicio físico (dar un paseo, andar en bici…), así como las terapias de relajación, desde la práctica del yoga a la atención plena del mindfulness, relajan el cuerpo y la mente.

Un sencillo ejercicio para evitar los pensamientos negativos y recurrentes. Imagina que tu cerebro es la pantalla del ordenador. Escribe el pensamiento que te desagrada o molesta en un documento y deposítalo en la papelera, luego elimina.

Otro ejercicio es cambiar tu punto de atención. Cuando te asalte uno de estos pensamientos, no te detengas en él y dirige tu atención a cualquier otra cosa.

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