Dejar de quejarse puede ser beneficioso para la salud

Ahorrarte los pensamientos negativos que solo te roban energía es el primer beneficio para la salud de dejar de quejarse. Sentirse molesto y exteriorizarlo es un círculo vicioso que solo hará que te sientas más frustrado e inseguro.

¿Te quejas por todo? Con motivo o sin motivo, es una reacción emocional que cuando se convierte en hábito constante suele esconder otros problemas, como ansiedad, estrés, tensión nerviosa, insatisfacción o falta de autoestima. ¿Eres una de esas personas que se quejan de todo y no hacen nada? Atrévete a reconocerlo y descubre por qué quejarse es malo para la salud.

¿Por qué nos quejamos tanto?

El tiempo y esfuerzo mental que dedicamos a quejarnos no lo dedicamos a actuar, y recurrimos a la queja como excusa perfecta, pero no como herramienta para cambiar aquello que no funciona o que nos disgusta en nuestra vida.

Quejarse es bueno en momentos puntuales, como por ejemplo ante una situación excepcional de dolor. El problema es cuando la queja o crítica con todo lo que nos rodea (personas o circunstancias) se vuelve constante, incluso por las cosas más triviales. Las personas que siempre se quejan de todo están insatisfechas, tal y como subrayan los expertos en psicología, pero se empeñan en prestar atención solo a lo negativo y en busca de un nuevo motivo para quejarse.

En ocasiones, la queja también se utiliza como un recurso para lidiar con el propio ego, para esconder los sentimientos de culpa o para manipular a los demás mostrándose como una víctima. Sin embargo, lo que piensen los demás es lo menos importante, porque el problema radica en que la persona quejosa no logrará resolver sus conflictos emocionales ni aprender a ser feliz.

Beneficios de dejar de quejarse

Dejar de quejarse por tonterías durante un mes para comprobar los beneficios es lo que decidieron hacer Thierry Blancpain y Pieter Pelgrims, un experimento del que nació en 2015 el proyecto Complaint Restraint February. Dejar de quejarse reporta estos beneficios:

  • Ayuda a afrontar el día a día con más optimismo.
  • Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas.
  • Aprender a valorar las cosas buenas de los demás.
  • Aceptar que las cosas se pueden cambiar.
  • Mejorar las relaciones sociales.
  • Evitar la fatiga mental y obsesionarse con las cosas.
  • Enfocar la energía a la solución del problema.
  • Reducir las imperfecciones de la piel (nada peor que el estrés y el enfado para su salud).
  • Mitigar la ansiedad y la tensión nerviosa.
  • Evitar los dolores de cabeza.

¿Cómo dejar de quejarse tanto?

  • Nadie es perfecto, y todos tenemos un pasado, así que dejar de juzgarlo todo es clave.
  • Aceptar que hay situaciones que no dependen de nosotros, y que mucho menos tenemos el control sobre el resto de las personas.
  • Sustituye los pensamientos negativos por positivos. Puedes ayudarte de sencillas rutinas para iniciar el día de forma positiva o poniendo en práctica disciplinas como el mindfulness o la atención plena.
  • Evita sobredimensionar las situaciones y adelantarte a los acontecimientos.
  • Céntrate en las cosas buenas que tienes y aprende a disfrutar de cada momento. La filosofía Hygge es un buen ejemplo.
  • Evita a los quejicas, un tipo de personas tóxicas que no te aportará nada positivo.

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