Depresión Navideña: Causas, síntomas y consejos

La Navidad, aunque tendemos a relacionarla con sentimientos positivos de alegría y refuerzo de los lazos familiares, puede convertirse para algunas personas en la época más temida del año. La tristeza, la melancolía, el estrés o la depresión son sentimientos y estados de ánimo que se esconden, o que no siempre queremos ver, detrás de las fechas navideñas. En términos coloquiales se habla de depresión navideña, aunque hay que subrayar que no es la navidad en sí la que provoca estos sentimientos negativos, sino la interpretación que hacemos cada uno sobre lo que deberíamos hacer, tener o sentir en estas fechas. En otras palabras, la depresión navideña, también denominada depresión blanca o blues de Navidad, no es un trastorno en sí, sino un estado de ánimo negativo y pasajero provocado por nuestra reacción ante una serie de estímulos exteriores (desde la decoración navideña a la música de los villancicos o las reuniones familiares).

Síntomas

Inapetencia, nostalgia, tristeza, ansiedad, dificultades para conciliar el sueño… son los síntomas más comunes que acompañan a la depresión navideña. Además, el sentimiento de nostalgia suele estar relacionado con la añoranza de épocas pasadas y con la sensación de tener que sentirse alegre de manera obligatoria. No podemos olvidar que determinadas circunstancias personales y familiares, como la pérdida de un ser querido, el estar alejado de la familia por motivos laborales o estar atravesando problemas económicos o laborales, puedan agravar nuestro bajo estado de ánimo en épocas como las fechas navideñas. Sentir que no podemos cumplir con las expectativas o los deseos que nos embriagan durante la Navidad puede aumentar la sensación de frustración y tristeza.

Depresión y fobia social

Los expertos en psicología también incluyen otro perfil de personas más vulnerables a padecer la denominada depresión blanca o navideña, y son aquellas que padecen fobia social, personas con problemas para empatizar con los demás e integrarse y que tienden a evitar los encuentros navideños, así como las que tienen agorafobia o miedo a los espacios abiertos y a las multitudes. En estos casos, los síntomas más comunes son sudoración de manos, taquicardias, ataques de pánico, ansiedad y mareos.

¿Qué hacer?

Lo primero de todo es identificar la causa real que nos provoca la sensación de tristeza y bajo estado de ánimo. Si los síntomas persisten durante más de dos semanas conviene ponerse en manos de un especialista, al igual que si no es la primera vez que la navidad nos provoca sentimientos negativos. Es importante hablar, ser escuchado y saber que se cuenta con el apoyo de los familiares y amigos más cercanos.

De igual manera es fundamental no dejarse llevar por los anuncios y mensajes que nos bombardean durante estas fechas y que nos pueden abocar a ser demasiado consumistas, olvidándonos del verdadero espíritu navideño, que no es otro que compartir. La navidad no solo está presente, ni mucho menos, en las grandes reuniones familiares o en los mejores regalos, sino en los pequeños detalles. Conviene marcarse unas expectativas reales sobre cómo celebrar la navidad.

Los expertos en psicología aconsejan tratar de ver el lado positivo de todo, y evitar estar las 24 horas pensando en lo que no podemos tener o hacer ya que eso solo elevará nuestro nivel de ansiedad y malestar emocional. Es importante apoyarse en las personas que tenemos cerca para no estar ni sentirse solo y, sobre todo, no dejarse arrastrar por situaciones o acontecimientos pasados sobre los que ya no podemos actuar. Un buen consejo es tratar de convertir ese sentimiento de nostalgia que parece invadirnos en agradecimiento por lo que realmente tenemos y disfrutamos, porque las pequeñas cosas son las que dan sentido a la vida.

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