Dermatitis atópica: ¡Aprende a cuidar tu piel!

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Dermatitis atópica: ¡Aprende a cuidar tu piel! Es la enfermedad inflamatoria de la piel más frecuente en las consultas de los pediatras, edad en la que se suele manifestar, pero también presente en la edad adulta. Se calcula que un 15% de la población padece dermatitis atópica, un trastorno de nuestra piel, hereditario en muchos casos, que puede venir acompañado de asma o de rinoconjuntivitis, y cuya principal molestia es el picor. Su prevalencia se ha triplicado en las últimas tres décadas y, en el caso de los niños, la sufren un 20%, llegando a aparecer incluso durante el periodo de lactancia.
 

La dermatitis atópica no es, como tal, una alergia alimentaria, un síntoma que puede acompañar a esta enfermedad inflamatoria de la piel y cuyo tratamiento requiere de una serie de cuidados complementarios relacionados con la higiene de nuestra piel. El picor o escozor, acompañado de la aparición de eccemas, es el principal síntoma, el cual en las edades más tempranas, es difícil de combatir. Sin embargo, el rascado de las lesiones cutáneas puede provocar infecciones o que nuestra piel esté demasiado seca. Los brotes pueden durar hasta la adolescencia y, en un porcentaje importante, se convierten en un trastorno crónico.
 
La detección precoz es fundamental para garantizar que el tratamiento a seguir sea más efectivo y ayude a aliviar los síntomas de una enfermedad que puede conllevar otros problemas de salud emocionales, como la baja autoestima, la frustración o la pérdida de concentración (las continuas molestias pueden provocar además problemas de sueño). De ahí la importancia de la información y la formación, para conocer una enfermedad que, sobre todo en el caso de los niños, puede hacerles sentir diferentes, erradicando mitos como que la dermatitis se contagia.
 
Precisamente, hacia los más pequeños están dirigidas muchas de las acciones y herramientas puestas en marcha recientemente y cuyo objetivo en enseñarles a convivir y a aprender trucos para aliviar las molestias de su enfermedad, como aplicar una toalla mojada en la zona del picor o aplicar un objeto frío. Consejos de higiene, como el ducharse con agua tibia todos los días, y no secarse frotando la piel con la toalla, ya que ello incrementará las molestias; o el llevar las uñas siempre muy cortas. Sencillas recomendaciones dirigidas a los más pequeños, pero también a los padres, a los cuales suelen asaltarles mil dudas sobre la dermatitis atópica tras conocer el diagnóstico. Entre estas herramientas, cabe señalar la impulsada por el Ministerio de Sanidad, en colaboración con la Academia Española de Dermatología y Venerología, la Asociación Pediátrica de Atención Primaria y la Asociación de Familiares y Pacientes con Dermatitis Atópica, y que consiste en un vídeo dirigido a los más pequeños. Bajo el título, Alex, no te rasques (www.adeaweb.org), los personajes animados le enseñan a conocer su enfermedad.
 
El correcto tratamiento de la dermatitis (corticoides y aplicación de emolientes) debe ir acompañado de algunas recomendaciones, como el evitar los cambios bruscos de la temperatura, el cloro de las piscinas, evitar las exposiciones prolongadas al sol, usar ropa de algodón y tejidos naturales o el mantener bien hidratada la piel con cremas y productos exentos de agentes que irritan la piel. Los expertos en dermatología calculan que la mitad de los niños desarrolla, junto a la dermatitis atópica, algún otro tipo de afección alérgica (rinitis, asma o intolerancia a determinados alimentos). Las zonas más afectadas son la cara, el cuello y los codos.

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