La OMS alerta: Embutidos producen cáncer

La OMS alerta de los riesgos para la salud de excederse con el consumo de embutidos, un tipo de alimentos en el que la Organizacion Mundial de la Salud pone el foco de atención por el contenido en productos químicos, aditivos y conservantes para potenciar su sabor, textura y aspecto. Comer carne procesada, como los embutidos, podría aumentar el riesgo de padecer cáncer, pero antes de alarmarse conviene conocer qué dice expresamente la OMS sobre el papel de los embutidos y la carne procesada en la dieta saludable.

Aditivos como el nitrato de potasio y el nitrito de sodio, presentes en la carne procesada, son los que motivaron a la OMS para etiquetar a estos alimentos dentro del primer grupo de agentes carcinógenos, y en el que se agrupan otras sustancias tóxicas como el tabaco (aunque esto no es indicativo de que los riesgos sean comparables). Según los estudios realizados por la OMS, el consumo de 50 gramos de carne procesada al día puede incrementar la probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal a lo largo de la vida en un 18%. ¿Es malo comer embutidos? Estas son las razones para leer bien la etiqueta de los alimentos.

¿Comer muchos embutidos es malo?

La carne procesada, según la OMS, es aquella carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o carne de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos.

No solo la OMS ha centrado su atención en las carnes procesadas y los embutidos. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard constató que las elevadas cantidades de sodio que se utilizan para conservar los embutidos pueden afectar al sistema cardíaco y aumentar los niveles de presión arterial. Sodio, nitrato y otros conservantes y aditivos alimentarios, a los que se suma el elevado contenido en grasas de algunos embutidos.

Otro estudio, en este caso publicado en la revista Circulation: Heart Failure, asocia el consumo excesivo de embutidos a un aumento del riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca.

Evidentemente no todos los embutidos son iguales, porque ni todos tienen la misma materia grasa ni han sido sometidos a los mismos procesos industriales. No se trata de prohibir, sino de comer embutidos con moderación y optando por las variedades con menos contenido en grasas y sal (mejor pechuga de pavo que bacon, también por las calorías), dentro de una alimentación diaria rica en frutas y verduras, como recomienda la American Heart Association.

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