Salud ocular: ¿Gafas o lentillas?

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Salud ocular: ¿Gafas o lentillas? La elección depende tanto del número de dioptrías, pero también de nuestro estilo de vida y de nuestra actividad. Elegir entre uno u otro tipo de corrección visual dependerá de si padecemos miopía, astigmatismo o hipermetropía. La vista cansada o presbicia, la cual acompaña al proceso natural de envejecimiento, también puede requerir a partir de una determinada edad una ayuda extra para nuestros ojos.
 
Nuestros ojos también requieren atención y cuidados, sobre todo cuando nos alertan con señales como visión borrosa, dificultades para focalizar objetos, fatiga ocular, entre otros. En estos casos, nuestros ojos requieren ayuda, es decir, un tipo de corrección para ver correctamente. Y a la hora de elegir, surge la duda, ¿gafas o lentillas? Aunque el número de dioptrías, y el defecto visual como la hipermetría que para su corrección lo más indicado son siempre las gafas, influye en la decisión, cada vez tenemos más en cuenta que se adapte a nuestro estilo de vida, a nuestras necesidades y a nuestra imagen. Ópticos y optometristas además aconsejan que, en el caso de que necesitemos recurrir de manera puntual a un sistema de corrección, no lo convirtamos en algo imprescindible. El hecho de no llevar de manera continua gafas o lentillas no hará que la graduación de las dioptrías aumente.
 
Para saber mejor cuál es la elección adecuada, vamos a centrarnos en los defectos visuales más comunes.
 

Miopía

La visión borrosa de lejos es el síntoma más característico de un defecto de la visión que afecta a más del 25% de la población. Forzar la visión durante muchas horas, delante de un libro o de la pantalla del ordenador, puede incrementar las dioptrías. En el caso de tener menos de 1,25 dioptrías, los ópticos y especialistas no consideran necesario llevar gafas de manera continúa, salvo por ejemplo para conducir. A partir de 2 dioptrías, las lentillas son más adecuadas ya que, al estar en contacto directo con el ojo, es decir, pegadas, ayudan a aumentar el campo visual. En este caso, la opción de operarse para corregir el defecto también es una opción que está dando muy buenos resultados.
 

Astigmatismo

Se estima que en torno a un 20% de la población padece astigmatismo, una deformación física de la córnea del ojo (la capa transparente del ojo situada detrás de la pupila) que nos hace ver borroso tanto de cerca como de lejos, aunque la visión se suele volver más borrosa cuando fijamos la vista en un punto u objeto concreto. Además, el astigmatismo suele ir acompañado de miopía o de hipermetropía. En este caso, la mejor opción son las gafas, dejando las lentillas para momentos puntuales, sobre todo si el astigmatismo se combina con hipermetropía. En caso contrario, astigmatismo y miopía, la cirugía también puede ser una buena alternativa. Se indica cuando no se superan las 6 dioptrías. Es una operación eficaz y que apenas dura unos minutos.
 

Hipermetropía

Mucho menos frecuente, es un defecto producido porque los ojos son más pequeños de lo normal. Con una dioptría o menos, los problemas son de visión cercana, pero al superar esa barrera, es decir, con más de una dioptría, verás mal tanto de cerca como de lejos. La hipermetropía suele aparecer a partir de los 35-40 años, siendo sus síntomas más comunes el dolor de cabeza y el cansancio. Con menos de 2 dioptrías no es necesario llevar las gafas puestas todo el día. Se suele agudizar con la aparición de la presbicia.
 

Presbicia

Cuando necesitamos alejar el libro que estamos leyendo o las letras se vuelven borrosas, es que podemos padecer presbicia o vista cansada. La causa es que nuestros ojos, a medida que nos hacemos mayores, comienzan a perder su capacidad de enfoque y eso nos hará ver borroso de cerca. Es decir, está directamente relacionado con la edad. En este caso, se puede optar tanto por las gafas como por las lentillas, en función de la actividad a desarrollar. La presbicia se suele agudizar con la hipermetropía.

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