Señales que anticipan una crisis nerviosa

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La crisis nerviosa o ataque de nervios es la respuesta de nuestro cuerpo a una situación tan estresante que, de manera temporal, es incapaz de controlar. ¿Qué señales la anticipan?

Una crisis nerviosa responde a una situación, física y emocionalmente, abrumadora. Una crisis en sí no es una enfermedad, sino más bien un síntoma, es decir, no debe ser subestimada ya que, como respuesta a una situación poco saludable, puede ser indicativa de un problema de salud mental hasta ahora oculto.

¿Qué puede desencadenar una crisis nerviosa? En términos generales, es un colapso mental como respuesta al estrés incontrolable. A lo largo de la vida pueden producirse determinadas situaciones que provocan tal nivel de estrés que nuestro cuerpo es incapaz de manejarlo. Aliviar el estrés, en estos momentos, supone un enorme esfuerzo para el cuerpo, tanto mental como físicamente. Las crisis nerviosas, pasajeras e inesperadas, pueden anticipar un trastorno de ansiedad.

Hay otras causas que también pueden desencadenar una crisis nerviosa, como el consumo de determinados medicamentos, el abuso de sustancias tóxicas (drogas) o alcohol y traer a la memoria ciertos recuerdos o situaciones emocionalmente estresantes. La falta de sueño o acontecimientos negativos de la vida (rupturas sentimentales, fallecimiento de alguien cercano, problemas económicos…) completan la lista de posibles causas de una crisis nerviosa. Entre los factores de riesgo hay que tener en cuenta los antecedentes personales y familiares de trastornos de ansiedad.

Síntomas
Los síntomas varían de una personan a otra, aunque sí se puede hablar de algunos síntomas comunes, tales como mareo, llanto, nerviosismo, sensación de miedo, vómitos y náuseas, aumento de la frecuencia cardiaca, respiración agitada, temblor repentino. Hay otras señales a las que también hay que prestar atención, como el agobiarse ante las responsabilidades cotidianas (trabajo, estudios), evitar las compromisos sociales, relajar los hábitos saludables a la hora de comer, dormir e, incluso, descuidar la higiene personal.

Tratamiento
¿Qué hacer o cómo actuar ante una crisis nerviosa? La prevención también es importante, sobre todo cuando estamos sometidos a mucho estrés, ya que nuestro cuerpo se convierte en una bomba de relojería y ello, sin duda, hace que seamos más vulnerables a padecer un ataque de nervios. Es fundamental modificar los hábitos, recurriendo a técnicas de relajación (yoga, pilates, reiki…), terapias de masaje, acupuntura y a la práctica de ejercicio regular (uno de los beneficios del ejercicio físico es precisamente liberar tensiones). Evitar tomar sustancias como la cafeína, optando mejor por las infusiones de hierbas y plantas medicinales, y las bebidas alcohólicas.

En los casos más graves, y siempre bajo consejo médico, puede ser aconsejable tomar fármacos antidepresivos para corregir posibles desequilibrios químicos. Lo que no debemos hacer en ningún caso es subestimar los síntomas, ya que pueden derivar en una depresión, un problema de salud mucho más severo y que requiere de tratamiento médico.

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