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Guillermo y Kate se dan el ‘sí, quiero’ en la que se ha convertido en la boda real del siglo XXI. Un enlace de ensueño, rememorando los grandes momentos de la Casa Windsor, con el que la pareja sella oficialmente una historia de amor que empezó hace 8 años. Desde primera hora de la mañana los invitados, cerca de 2.000, fueron llegando a la Abadía de Westminster, aunque la más esperada era sin duda la novia, espectacular en este gran día.
La pareja, a partir de ahora los príncipes Guillermo y Catalina, ostentará además los títulos de duques de Cambridge, condes de Strathearn y barones de Carrickfergus, tal y como anunció la propia Reina horas antes del enlace. La abadía de Westminster ha sido la puerta de entrada de la ya esposa del príncipe Guillermo en uno de los linajes y monarquías europeas más antiguas.
Por fin se develó el secreto mejor guardado de una boda seguida por una audiencia de más de 2.000 millones de personas. El vestido elegido, el único secreto que no se había filtrado. La novia, como se había adelantado, elegió el pelo suelto y un largo velo.
Por su parte, el príncipe Guillermo ha optado por el uniforme de la Guardia Montada Irlandesa, en concreto, el uniforme de su mayor rango militar, el de coronel, en lugar del esperado traje azul de teniente de la Real Fuerza Aérea. El príncipe llegó escoltado desde el Palacio de Buckingham por la Guardia Real y acompañado por su hermano y padrino de la boda, el príncipe Harry.
Otro de los secretos desvelados ha sido el del anillo de la novia, realizado en oro galés por la firma Wartski, la cual se lo ofreció a la Reina Isabel II nada más anunciarse el compromiso el pasado mes de noviembre.
Una ceremonia, celebrada en la Abadía de Westminster y a la que estaban invitados 1.900 invitados, que ha transcurrido bajo el más estricto protocolo y que, haciendo honor a la puntualidad inglesa, se ha calculado al milímetro. Dos horas antes del inicio de la ceremonia oficial (mediodía hora española), los primeros invitados comenzaron a llegar. Una lista en la que no han faltado ilustres invitados de las Casas Reales, Jefes de Estado, miembros del Gobierno británico y personalidades de la vida social, cultural y política. Muchos rostros conocidos, como David y Victoria Beckham, vestidos de Ralph Lauren y ella con un diseño de su última colección; Elton John, acompañado de su marido, o el nadador Ian Thorpe.
Y entre los invitados, por supuesto, la Reina Doña Sofía y la Princesa Letizia Ortiz han vuelto a deslumbrar con sus diseños, apostando para la ceremonia del enlace por los tonos discretos y elegantes. Para la cena de gala celebrada ayer y presidida por la Reina Isabel II y el Duque de Edimburgo, Doña Sofía y Doña Letizia optaron por los tonos marrones, con dos diseños de sus diseñadores favoritos, Felipe Varela y Margarita Nuez. La princesa de Asturias eligió además un modelo de sombrero de Pablo y Mayaya.
Entre los invitados, mencionar a otra pareja que habrá podido tomar buena nota para su próxima boda, Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock.
Una boda que se ha celebrado además en una fecha muy especial, en el año que se cumple el 30 aniversario del enlace entre el Príncipe Carlos de Inglaterra y Lady Dy. Tras la ceremonia, la pareja recorrió en carroza algunos de los lugares más emblemáticos de Londres, una ciudad tomada literalmente por los turistas y por los centenares de ingleses que no quisieron perderse ni un minuto de este histórico día.
