Alice Guy, la primera directora de cine de la historia

Si te preguntaran quién es Alice Guy tal vez no podrías siquiera reconocerla. Sin embargo, Melié o los hermanos Lumiére tal vez te suenen más. La Historia, o mejor dicho, los historiadores, se encargaron de sepultar a esta pionera del cine, probablemente por la razón por la que la mayoría de las mujeres han sido invisibilizadas en el pasado: por su género.

Conocer la historia de Alice Guy sorprende a cualquier amante del cine, porque esta mujer parece que dirigió y produjo alrededor de 1000 películas en su vida, fue la primera persona que filmó una película narrativa, sentó las bases del cine de ficción como lo conocemos hoy día y se adelantó a su tiempo con una contribución técnica en el mundo del cine inigualable. Alice Guy fue la primera en grabar con gramófono a la vez que las imágenes y es figura histórica clave en el desarrollo del cine sonoro. Además, su visión para la industria del cine la permitió ser pionera en utilizar efectos especiales y en el desarrollo del lenguaje cinematográfico. Un dato aún más interesante es que hasta hoy es la primera y única mujer fundadora y propietaria de una compañía cinematográfica Pero si abrimos un libro de Historia del Cine ¿dónde está Alice Guy?

La historia del cine sin Alice Guy no es Historia

A pesar de que fue una figura influyente en los comienzos del cine, apenas hace unos años esta visionaria comenzó a aparecer en los libros de Historia del Cine. En ese primer mundillo del cine Alice Guy fue una figura respetada, pero los historiadores del cine decidieron sepultarla. La cineasta pasó los últimos años de su vida tratando de recuperar sus películas, muchas de las cuales fueron firmadas con consentimiento o sin él por otros hombres, como su marido o el director de la compañía Gaumont, productora donde comenzó su carrera artística.

Alice Guy Blaché nació en París en 1873. Su infancia trascurrió en diferentes internados en Suiza, Francia y Chile, ya que su padre, editor y dueño de una cadena de librerías, nunca la consideró legítima. Alice Guy estudió taquigrafía y mecanografía para conseguir un trabajo y poder ayudar a su madre, tras la muerte de su padre. Así, en 1894, a la edad de 21 años, comenzó a trabajar en Le Comptoir Général de la Photographie. Poco después, se empleó como secretaria para la nueva empresa de equipos de fotografía, fundada por León Gaumont, uno de los directivos de la primera empresa de Guy.

El 28 de diciembre 1985 Gamont y Guy asistieron a la histórica demostración de su cinematógrafo de los hermanos Lumière en el Salón Indio del Gran Café, momento que se considera hasta ahora como el nacimiento del cine. Guy se dió cuenta rápidamente de las posibilidades artísticas del invento, alentando a Gaumont para que lo adquiriera. Trató por todos los medios convencer a Gaumont para que comenzara a crear argumentos narrativos con imágenes. Con poco entusiasmo y siempre que la tarea no le impidiera seguir realizando sus funciones como secretaria, como explica la cineasta en sus memorias, Gaumont aceptó que Alice Guy grabara su primera película en 1896, ‘La fee aux choux’ (‘El hada de las coles’), convirtiéndose en la primera película que combina ficción con imagen en movimiento. La proyección fue un éxito y el empresario decidió relevarla como secretaria y poner en manos de Alice Guy la puesta en marcha de un departamento de cine narrativo.

Su carrera como cineasta

A partir de aquí su creatividad voló como los colibríes en primavera. Entre 1902 y 1907 dirigió 100 fonoesferas o películas rodadas para el cronógrafo, aparato que permitía sincronizar imagen y sonido grabado y fue la impulsora, directora y productora ejecutiva (puesto laboral creado gracias al desarrollo de su trabajo) de la primera superproducción de la historia, ‘El nacimiento, la vida y la muerte de Cristo’, de 30 minutos de duración en la que se usaron 25 decorados y más de 300 extras.

En 1907 Alice Guy y su marido, el camarógrafo Herbert Blaché, se mudaron a Estados Unidos, con la intención de expandir el negocio de Gaumont. Sin embargo, fue allí donde la cineasta encontró el espacio donde desarrollarse como directora y productora de forma mucho más libre, por lo que decidieron independizarse, creando la productora Solax en 1910 y Blaché Features en 1913. Aunque la mayoría de sus filmes no puedon ser firmados por ella debido a su género, se cree que Guy Blaché llegó a dirigir más de 1.000 filmes durante su etapa independiente, desarrollando diversos géneros narrativos como la ciencia ficción, el western, la comedia, el drama, historias de fantasía… En New Jersey creó uno de los estudios de cine más equipados del momento y sus trabajos tuvieron gran éxito hasta la década de los 20′.

La visionaria produjo ‘In the year 2000’, una película de ciencia ficción que imaginaba que las mujeres controlarían el mundo en el año 2000. La mayoría de sus películas tenían mujeres como protagonistas, algo no muy usual en las películas de la época. Algunas de sus películas más importantes son ‘The call of the rose’ (‘La llamada de la rosa’), cuya protagonista es una cantante de ópera profesional que se da cuenta del vacío que crea en su vida dedicarse a ser una esposa tradicional y decide continuar con su carrera o ‘La fée printemps’ (El hada de la primavera), una de las primeras películas en color. En ‘The Consequences of Feminism’ (‘Las consecuencias del feminismo’) la cineasta hace una crítica satírica sobre los privilegios de los hombres de la época. También dirigió y produjo ‘La Esmeralda’, basada en el Jorobado de Notre Dame de Victor Hugo, ‘The Pit and Pendulum’, ‘Shadows of Moulin Rouge’ y ‘My Madonna’.

Tras la competencia feroz de Hollywood, un divorcio tormentoso que concluyó con la disolución de sus productoras en común y su regreso a París, la cineasta se vio ensombrecida por el olvido. A pesar de que ser distinguida como Caballero de la Legión de Honor francesa, la cineasta no pudo conseguir uno de sus sueños más anhelados: ser reconocida en la Historia del Cine.

Durante años trató desesperadamente de recuperar sus películas, pero muchas desaparecieron mientras que otras se atribuyeron falsamente a otros colegas cineastas. Una de sus biógrafas, Louise Heck Rabi, autora de Women Filmmakers: A Critical Receptionella, Alice Guy siempre tuvo presente sus dificultades como mujer: «Ella se anticipó y dijo que los créditos de la dirección y la producción de sus películas serían falsamente asignados a alguno de sus colaboradores. Ella sabía desde el principio que su nombre, intencionada o inintencionadamente sería omitido o ignorado o degradado en la historia del cine francés y americano». Falleció en 1968, con la satisfacción personal de saber que fue una de las grandes visiionarias del cine, pero sin conseguir el reconocimiento justo.

Gracias a la publicación de varias biografías y el aumento de investigaciones, publicaciones y homenajes, la importante cienasta que influyó decisivamente en el cine que conocemos hoy día ha vuelto a ser nombrada por la Historia.

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