Ghosting: Por qué los hombres desaparecen

El ghosting es una de esas palabras millennial que se ha puesto de moda pero que ha existido toda la vida. La clásica frase ‘se fue a por tabaco y no volvió’ se ha renovado con el concepto ‘ghosting’ (hacerse el fantasma). En fin, que desafortunadamente aún hay personas que deciden desaparecer como por arte de magia para dejar una relación. Pero, ¿sabemos si el ghosting es cosa más de hombres que de mujeres?

Por qué los hombres desaparecen como fantasmas

Aún no contamos con una respuesta científica… no hemos encontrado ningún estudio en el que se involucre al ghosting por géneros. Pero lo cierto es que la creencia popular es que los que se van por tabaco, es decir, los que se esfuman sin decir nada, suelen ser los hombres… ¿Mito o realidad?

Si nos enfocamos en las estereotipos de género sobre los hombres y en lo que la cultura patriarcal fomenta, probablemente podamos encontrar muchas razones de por qué los hombres serían más proclives al efecto fantasma o ghosting (estamos ante una mera suposición).

Por ejemplo, la creencia popular de que los hombres no tienen dotes de comunicación, o más bien que no las desarrollan tanto como las mujeres. Osea, que para ellos podría ser mucho más fácil hacerse el fantasma y desaparecer de repente que plantarse delante de su pareja o incluso rollo ocasional y decirle lo que de verdad sienten y las razones sinceras por las que ya no desean verla.

Otra razón podría ser el simple hecho de que no sienten ningún tipo de atracción sexual. Un ejemplo: un hombre ha tenido un par de citas con una chica y no acaba de gustarle (independientemente de si han tenido relaciones sexuales o no). En vez de decírselo, simplemente deja de llamarla, no le coge el teléfono y desaparece sin dejar rastro.

El miedo al compromiso o el simple hecho de no querer comprometerse puede ser otra razón para que un hombre decida hacerle ghosting a su pareja, de forma cobarde y egoísta, sin pensar en el daño psicológico que puede hacerle por dejar la relación de esa manera tan cruel.

¿Son los hombres más propensos al ghosting?

En fin, seguro que se te ocurren muchas más razones ‘típicas’ de los hombres para hacer ghosting. Pero, ¿de verdad el ghosting tiene género en el siglo XXI? Tenemos que reconocer que se ha evolucionado bastante en las habilidades de comunicación masculinas. Los hombres millennials son mucho más abiertos a mostrar sus sentimientos que hace unas generaciones… (¿o no? tampoco tenemos datos sobre esto, pero la experiencia nos hace intuir que sí)

Además, hemos consultado a la eminencia de las palabras millennials, el Urban Dictionary, el cual nos saca de dudas rápidamente con la definición del tan nombrado término:

Ghosting

«El acto de interrumpir repentinamente toda comunicación con alguien con quien se tiene una relación, pero ya no desea salir (…) El efecto fantasma (ghosting) no es específico de un determinado género y está estrechamente relacionado con la madurez y las habilidades de comunicación del sujeto».

Entonces no, el ghosting no tiene género, por lo que no es una acción trapera específica de los hombres. Las mujeres también hacen ghosting, al menos según el Urban Dictionary.

Seguramente habrá lectoras que estén de acuerdo con esto o no (así como lectores), pero lo que está claro es que la segunda parte de la definición da en el clavo: «está estrechamente relacionado con la madurez y las habilidades de comunicación del sujeto».

Y continúa: «Muchos intentan justificar el ghosting como una forma de dejar de salir con el ghostee (el dejado) sin herir sus sentimientos, pero de hecho demuestra que el sujeto está pensando más en sí mismo, ya que el ghosting a menudo crean más confusión para el ghostee que si el sujeto expresara amablemente cómo él/ella siente».

Más claro, imposible. Quizás, el ascenso del ghosting en las relaciones actuales y millennials tenga más que ver con el desarrollo del individualismo desde la perspectiva del egoísmo y las nuevas formas de desarrollo social que inducen a la inmadurez, que al hecho de ser hombres y mujeres.

Sea lo que sea, lo que tenemos claro es que el ghosting es un acto patético, cobarde y bastante absurdo. Porque, se mire por donde se mire, romper con alguien cara a cara es un acto más de comunicación humana, que demuestra respeto por la otra persona. Además, no es tan difícil como para evitarlo a toda costa.

En realidad, sólo entendemos el ghosting en situaciones críticas, como relaciones tóxicas con un lover bombing, un perfil de pareja narcisista y ególatra que chantajea emocionalmente a su pareja, hasta el punto de afectar su autoestima y relaciones sociales (es decir, un tipo de maltrato psicológico etiquetado por los millennials). Así que a los maltratadores, que les den ghosting.

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