No es un cliché. Un estudio lo confirma: Las mujeres feministas y los hombres feministas tienen relaciones más sanas e igualitarias y, por ende, disfrutan mucho más del sexo que otro tipos de relaciones. Foto: Instagram/kelly_bjork
Una investigación de la Universidad de Ruttgers, liderada por Laurie Rudmann y Judy Phelan, asegura que las relaciones con mujeres feministas proporcionan una mayor satisfacción sexual y mayor estabilidad sentimental en la pareja. Rompiendo todos los estereotipos sobre feministas dominantes, poco atractivas y odiadoras de hombres, las investigadoras han demostrado en su estudio que una relación basada en el respeto y y la igualdad fomenta una convivencia mucho más saludable y satisfactoria, también en el sexo.
Mujeres feministas: ¿buenas en la cama?
Quién sabe. No se trata de una competición de porno a ver quién conoce más posturas sexuales o tiene más orgasmos. Las feministas lo saben, por eso dejan a un lado estereotipos mal infundados (incluso con ellas mismas) y deciden disfrutar de su sexualidad. Sí, esa es la clave. Una vez que te quitas todos los estigmas patriarcales estás preparada para disfrutar de tu sexualidad tanto en pareja como contigo misma.
Te contamos por qué las feministas se lo pasan mejor en la cama.
Exploran su sexualidad
Tras leer sobre feminismo y sexualidad, una mujer se abre mucho más a conocer su cuerpo en sesiones íntimas eróticas. Masturbarse, ver pornografía (no patriarcal, por supuesto), explorar sus fantasías sexuales, entender qué te gusta y qué no, cómo reacciona tu cuerpo ante un orgasmo, probar juguetes eróticos diferentes, como simuladores de placer oral
…
Todas estas prácticas sexuales no son exclusivas de mujeres (u hombres) feministas, pero lo cierto es que el feminismo ayuda a liberar la mente de las mujeres del patriarcado, favoreciendo así una autoexploración de la sexualidad mucho más libre y consciente, que mejora considerablemente las relaciones sexuales.
Se ocupan de aceptar su cuerpo
Sus vellos púbicos, el pelo de las piernas, el de las axilas, la sangre de su menstruación, la celulitis, la tripita, los diferentes tipos de senos y vaginas, maquillarse o no maquillarse, depilarse o no… Todo es válido para una feminista siempre y cuando se sienta bien con su cuerpo tal y como es.
Es un mito que una mujer feminista no se maquilla, de hecho muchas lo hacen (como otras no)… en realidad, para una mujer feminista todas estas prácticas de control del cuerpo pueden suponer opresión patriarcal, pero no significa que no decidan hacerlas porque lo desean o les gusta. Es decir, siguiendo con el ejemplo anterior, es posible que una feminista se maquille como una forma expresiva de sí misma, pero no porque se sientan obligada a ello.
Esta libertad sobre su propio cuerpo las permite tener relaciones sexuales mucho más deshinibidas, sin complejos y sin vergüenzas, de forma naturalizada y mucho más saludable física y mentalmente para ellas y sus parejas.
Saben poner límites
El trabajo de autoexploración del cuerpo y de las restricciones psicológicas de cada una, permite empoderar tu espíritu, no sólo para saber lo que te gusta, sino para decir no ante lo que no deseas.
Esto significa que tienen más herramientas para elegir mejor a sus parejas sexuales, negarse a “probar” prácticas sexuales con las que no se sienten completamente seguras y no permitir ningún tipo de abuso de sus parejas, tanto en el día a día como en la cama.
Deciden cómo vivir su sexualidad
Algunos piensan que la libertad de la sexualidad de la que gozan las feministas significa libre albedrío y las sexualizan como una manifestación más del machismo patriarcal imperante. Si piensas eso, debes saber que no hay un prototipo sexual de feminista (como tampoco hay un tipo concreto de feminista).
Mientras unas feministas pueden estar de acuerdo con el poliamor, otras son lesbianas o bisexuales y otras mantienen relaciones heteronormativas más tradicionales. La posibilidad de elección de cómo vivir tu sexualidad es lo que el feminismo ofrece, pero las preferencias sexuales son parte de una misma.
Conocen sus derechos sexuales y reproductivos
El feminismo alienta a conocer cuáles son tus derechos sexuales y reproductivos. Esto favorece relaciones sexuales mucho más seguras y satisfactorias. Asumir tu responsabilidad en temas como las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o embarazos no deseados, desemboca en comunicaciones más abiertas con la pareja sobre las prácticas sexuales, así como la certeza de que el sexo siempre sea consensuado.
Valoran el sexo, pero no le dan toda la importancia
Está claro que el sexo es sumamente importante para que una relación funcione, pero el feminismo pone el acento en otro tipo de aspectos mucho más importantes, como la comunicación en la pareja, la ausencia de micromachismos o la igualdad en las negociaciones de la pareja.
Cuando la cotidianidad fluye de manera equitativa y sin presiones patriarcales, la pareja es mucho más feliz, y las relaciones sexuales mejoran considerablemente. Los juegos de poder en la cama (en el caso de que existan) se convierten en juegos eróticos plagados de total libertad, no en imposiciones de género que destruyen el autoestima de las mujeres y disminuye considerablemente su libido.
Si quieres conocer más sobre sexualidad y feminismo lee ¿Se puede ser sumisa en la cama y defender el feminismo?