Dejar todo para el final: Cómo combatir la procastinación

Dejar todo para el final es un hábito que puede dañar la salud emocional y esconder en realidad inseguridad o miedo al fracaso. Los expertos de hecho consideran que aplazar las tareas supone un extra innecesario de estrés que, contrariamente a lo podamos pensar, no nos hace rendir más sino ser más proclives a cometer errores.

La mala costumbre de dejar todo para el final se conoce como procastinación. La persona procastinadora retrasa determinadas actividades o situaciones para sustituirlas por otras más irrelevantes o agradables. Dicho de otra manera, dejar para mañana lo que deberías hacer hoy. Pero, ¿por qué dejamos todo para última hora?, ¿cómo evitarlo?

¿Por qué procastinamos?

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La procastinación o dejar todo para última hora es algo que ha despertado la curiosidad de la ciencia, con resultados interesantes. Así, un estudio realizado por la universidad alemana de Constanza constató que las personas que procrastinan lo hacen porque consideran que es mejor dejar para mañana las tareas planeadas.

Pero la procastinación, en términos de psicología, también define la ansiedad que genera tener una tarea pendiente de hacer. Todos, en algún momento, caemos en la procastinación, pero el problema radica cuando se convierte en un comportamiento recurrente.

Tendemos a dejar para última desde las tareas cotidianas de cada día (limpiar la casa, ir a la compra…) al cuidado personal (empezar a hacer ejercicio, dejar de fumar…) o los compromisos laborales y familiares.

¿Cómo combatir la procastinación?

Para evitar la pereza o la tentación de posponer las tareas con cualquier distracción, aplica la regla de los 2 minutos, incluida en el bestseller de David Allen ‘Getting Things Done’. Una sencilla regla para hacer todas esas cosas que en muchas ocasiones nos lleva más tiempo planificar que hacer.

¿En qué consiste la regla de los 2 minutos?

  • Piensa si la próxima tarea puedes hacerla en 2 minutos o menos, y si realmente solo te llevará unos minutos, hazla, no la dejes. Tareas como poner la lavadora, lavar los platos o enviar un correo electrónico, entre otras muchas.
  • Misma regla que puedes aplicar para adoptar un nuevo hábito, porque en 2 minutos puedes iniciar un nuevo propósito o meta.
  • La práctica de mindfulness o de yoga ayuda a centrar la atención en lo que estás haciendo en cada momento, así como a canalizar mejor el estrés.
  • Hacer las cosas de una en una, porque de lo contrario el estrés de no llegar a todo nos superará.
  • Dedicar el tiempo que requiere cada tarea, ni más ni menos, porque tenemos mucho tiempo por delante al final dilatamos el final de la tarea de manera indefinida.
  • Establecer prioridades, empezando por las tareas que requieren más concentración y dejando las más fáciles para cuando te sientas cansada.
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