Por qué nos estresamos más por la noche

El estrés nos roba el sueño, pero ¿por que nos estresamos más por la noche? El insomnio es uno de los síntomas inequívocos del estrés y la ansiedad. Las preocupaciones, la sobrecarga de trabajo, el exceso de responsabilidades familiares… pueden hacernos pasar más de una noche en vela. Y es precisamente durante la noche, al tratar de conciliar el sueño, cuando la mente es más vulnerable a dejarse llevar por los pensamientos negativos.

Cuando nuestros pensamientos nos impiden relajarnos es porque hemos acumulado demasiado estrés a lo largo del día, y ello no solo nos hace perder el control sino que aumenta el riesgo de padecer ansiedad nocturna y dificultades para dormir, desde problemas para conciliar el sueño a despertarse frecuentemente durante la noche.

Cuando el estrés no te deja dormir

Irse a la cama y conciliar el sueño no es lo mismo, porque el cuerpo requiere de un tiempo para relajarse y reducir la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca. Cuando somos incapaces de desconectar y aparcar las preocupaciones, e incluso cuando nos vamos a dormir sin apagar el móvil, es más complicado que se produzca el sueño tan rápido como quisiéramos.

El estrés, las preocupaciones o los problemas emocionales suelen llevar a descuidar la higiene del sueño y a hacer cosas que no debes hacer antes de dormir, olvidando que conciliar el sueño de manera natural requiere de calma y relajación.

Cuando los pensamientos negativos nos asaltan antes de dormir, olvidamos también que por la noche no vamos a poder resolverlos, así que la decisión más adecuada, en este caso sí, es dejarlo para mañana. Seguir dándole vueltas solo aumentará la preocupación y el estado de alerta. Sin embargo, al despertar, seguramente veremos las cosas desde otra perspectiva más positiva.

¿Qué hacer cuando no puedes dormir?

Además de mantener unos horarios regulares de sueño (irse a la cama y levantarse a la misma hora), hay otros consejos que podemos poner en práctica para dormir mejor:

  • Realizar ejercicios de relajación y de respiración antes de dormir ayuda a sustituir los pensamientos negativos por otros más positivos.
  • Mantener alejados los móviles y dispositivos electrónicos al menos una hora antes de ir a dormir.
  • Escuchar música relajante o el hábito de leer también favorecen la relajación, inductora del sueño.
  • Crear un entorno agradable para dormir (utilizar una almohada cómoda, temperatura, luz…).
  • Aplicar unas gotas de aceite esencial en spray sobre la almohada (aceite de lavanda) es un remedio natural con efecto relajante.
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