Síndrome del tiempo: Todo sobre la enfermedad del ocio

Si enfermas en vacaciones o en tu tiempo libre quizás sufras el síndrome del tiempo, un término acuñado por investigadores de la Universidad de Tilburg, en Holanda, y que constata que la enfermedad del ocio existe y está relacionada con las hormonas del estrés.

El estrés del trabajo y de las responsabilidades cotidianas puede esconder un riesgo hasta ahora desconocido. Es lo que se conoce como la enfermedad del ocio, y que afecta a aquellas personas que en raras ocasiones se ponen enfermas mientras trabajan, pero que en el momento que se toman unas vacaciones aparecen las molestias de salud.

¿Qué es el síndrome del tiempo?

El síndrome del tiempo es una constatación más de cómo afecta el estrés al sistema inmunológico. La ciencia ha encontrado respuestas al ya conocido como síndrome del tiempo libre. Mientras trajamos las hormonas del estrés nos mantienen a pleno rendimiento, pero en el momento en que reducimos la actividad el organismo baja la guardia. Esto hace que seamos más vulnerables al ataque de virus y bacterias.

Según el estudio realizado por el psicólogo holandés Ad Vingerhoets, de la Universidad de Tilburg, aproximadamente el 3% padece la enfermedad del ocio o del tiempo libre.

¿Cómo reconocer el síndrome del tiempo?

El síndrome del tiempo aparece en periodos de relax o de vacaciones (fines de semanas, vacaciones de verano, de Navidad…). Los síntomas físicos más comunes son:

  • Dolor de cabeza o migrañas
  • Fatiga
  • Dolor muscular
  • Malestar similar a un resfriado
  • Náuseas

¿Cómo evitar el síndrome del tiempo libre?

Aprender a gestionar el estrés es clave para evitar el síndrome del tiempo libre o enfermedad del ocio. El estrés siempre pasa factura, aunque no siempre prestemos atención a las señales que envía el cuerpo.

Practicar técnicas de relajación o de atención plena (mindulfness, ejercicios de yoga, ejercicios de meditación…) es la mejor manera de canalizar las emociones y evitar el estrés. Técnicas que conviene combinar con ejercicios de respiración para mejorar el equilibrio entre el cuerpo y la mente.

Dar un paseo por la naturaleza, hacer running, andar en bici… el ejercicio físico es fuente de salud física y emocional. Los periodos de descanso o vacaciones son el momento perfecto para practicar más ejercicio físico.

Tener un afición o descubrir nuevos hobbys ayuda a despejar la mente y a evitar estar sometido de manera continua al estrés. Para olvidarse del trabajo o de las preocupaciones, reserva tiempo para disfrutar de lo que realmente te gusta.

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