Malaria: Síntomas, contagio y prevención

La malaria es una enfermedad infecciosa endémica causada por parásitos unicelulares del género Plasmodium, y transmitida por la picadura de mosquitos Anopheles. Los síntomas pueden variar dependiendo de las diferentes especies de parásitos que causen la infección. Generalmente, la fiebre es el síntoma más característico, la cual puede llegar acompañada de sudoración, dolor de cabeza y náuseas. La malaria se transmite por picaduras de insectos y muy raramente de persona a persona. Para el tratamiento, la terapia farmacológica más efectivos son los medicamentos antipalúdicos, la administración no siempre requiere hospitalización. Vamos a ver más detenidamente que esconde la malaria y cómo podemos prevenirla. Una enfermedad desconocida en muchas zonas, pero a la que debemos prestar especial atención si vamos a viajar al extranjero, en concreto a países tropicales.

Síntomas Los síntomas de la malaria pueden ser variables. En la fase inicial de la enfermedad suelen aparecer síntomas como fatiga, pérdida de apetito y problemas de sueño. Estos síntomas pueden ir acompañados de escalofríos y fiebre. La temperatura corporal se eleva poco a poco, dando paso a una sudoración elevada, dolores de cabeza, náuseas y dolor generalizado.

Contagio Por lo general, la infección de la malaria se produce a través de las picaduras de insectos. El periodo de incubación oscila entre 10 días y un mes, y el diagnóstico más certero se realiza a través de un análisis de sangre. El análisis permite detectar la presencia de parásitos.

Prevención La prevención de la malaria es fundamental si viajamos a zonas de alto riesgo. Las mosquiteras en las ventanas y alrededor de la cama y los productos repelentes de insectos pueden ser unas medidas sencillas, pero eficaces. Antes de viajar, especialmente en las zonas tropicales, donde la enfermedad está muy extendida, es bueno hablar con el médico tomar medicamentos eficaces en la profilaxis de la malaria.

Entre los medicamentos contra la malaria se incluyen, por ejemplo, cloroquina o quinina , que se administra por vía oral, por inyección o por vía intravenosa. Sólo en este último tipo de administración es necesario acudir a un hospital para que los médicos comprueben cualquier necesidad de la integración de los fluidos, la transfusión de sangre o para ayudar a la respiración. Con la medicación adecuado contra la malaria se puede curar en dos semanas.

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