Detrás de las semillas de sésamo, cuyas variedades se distinguen por el color, se esconden interesantes propiedades curativas y beneficios para la salud. Vamos a ver todo lo que nos reporta incluir un puñado de semillas de sésamo en la dieta.
Las semillas de sésamo contienen hidratos de carbono, proteínas y sales minerales (calcio, potasio, selenio, cobre, magnesio, fósforo y zinc). Las semillas de sésamo son también una excelente fuente de aminoácidos, entre los que destacan la glicina, ácido glutámico, arginina, leucina y ácido aspártico. Además de las vitaminas, las semillas de sésamo tienen un alto contenido de ácidos grasos Omega 3, concretamente ácido oleico y linoleico. Todas estas sustancias aportan diferentes propiedades curativas al sésamo. Vamos a ver más detenidamente cuáles son todos los beneficios que el sésamo puede aportar a nuestro organismo.
Sésamo: protector del corazón
El ácido graso Omega 3 presente en las semillas de sésamo ejercer una función esencial de protección del corazón y, en general, de todo el sistema cardiovascular . Un estudio, realizado por investigadores del Hospital Universitario de Fukuoka, en Japón, constató que el aceite de sésamo y el salvado de arroz, como parte de una alimentación, son son capaces de ejercer efectos positivos contra la hipertensión y los niveles altos de colesterol. De esta manera se mantienen bajo control dos factores de riesgo determinantes en los eventos cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Gracias su contenido en antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, el sésamo se puede incluir entre los alimentos más importantes para la salud del corazón .
Sésamo: protector de los huesos
Los minerales contenidos en las semillas de sésamo también tienen beneficios sobre el organismo. El
calcio, por ejemplo, es esencial para el fortalecimiento de los huesos y para la prevención de la osteoporosis, motivo por el que es aconsejable incluir el sésamo como parte de la dieta para prevenir esta dolencia, la cual afecta mucho más a las mujeres. El fósforo, potasio y magnesio son muy importantes para favorecer el desarrollo y crecimiento, por lo que el sésamo no debe faltar en la dieta de los niños.
No hay que olvidar tampoco los efectos en la salud del zinc y del selenio: protección contra la infecciones y contra los efectos de los radicales libres.
Sésamo: protector del sistema inmunológico
El sésamo es muy importante para el fortalecimiento del sistema inmunológico, especialmente cuando se trata de situaciones de convalecencia o fatiga. Las semillas de sésamo se han revelado como un excelente tónico para las plaquetas y para la hemoglobina.
En caso de dolor de cabeza, náuseas o vómitos, dolor menstrual o trastornos gástricos, el sésamo consigue equilibrar las funciones del organismo, mejorando nuestro bienestar general.
Sésamo: propiedades curativas para la piel, el sistema nervioso y quemaduras
Las propiedades curativas del sésamo son realmente muchas, y afectan a todas las partes de nuestro cuerpo. El sésamo contribuye a la curación de enfermedades de la piel, tales como, la púrpura hemorrágica. Además, el sésamo ha demostrado ser un buen calmante para las dolencias que afectan el sistema nervioso. Muy útil en el tratamiento de problemas de bazo, cicatrización de heridas, de quemaduras o en casos de hipotermia.
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