La boda de Tamara Falcó no dejó indiferente a nadie, sobre todo por la sorpresa tan dolorosa en el discurso del novio, Íñigo Onieva. Los invitados no sabían qué decir.
Toda persona que haya visitado la pestaña de tendencias en Twitter en los últimos meses ha podido ponerse al día de la mala reputación que el recién nombrado Marqués de Griñón consorte se ha ido labrando poco a poco.
Tras múltiples y probadas infidelidades, junto con sus mentiras correspondientes, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se daban el, casi imposible, sí quiero el pasado ocho de julio en la capilla de la propia Finca El Rincón, propiedad de la Marquesa.
Parece que el fin de la telenovela preferida de los televidentes se ha consumado en una muy esperada ceremonia con, cómo no, dramas incluidos. Entre lo más destacado de la tarde-noche de bodas, la propia exclusiva de la revista ¡Hola! ha desvelado cómo Onieva se desarmó, casi literalmente, ante amigos y familiares de la pareja y ante la propia Falcó durante su discurso post cóctel y cena.
«Os quiero pedir perdón de nuevo. Ya sé que en la pedida dijimos que el pasado se queda en el pasado, que miramos al futuro, pero os he hecho sufrir por mis errores a todos vosotros y es algo que no me perdonaré y que compensaré cada día de mi vida». Así se expresaba un muy arrepentido recién casado Íñigo Onieva ante los invitados, de los cuales la gran mayoría sabrían de las múltiples y sonadas crisis durante el noviazgo de la pareja.
Sin embargo, estamos seguros de que muchos otros se quedarían boquiabiertos ante tal incómoda y extraña situación en lo que se supone debería ser el momento más feliz de sus vidas. Tales como el diseñador del vestido de novia de Tamara, Wes Gordon –director creativo de la firma Carolina Herrera–. Según la prensa, este seguía todo lo que iba sucediendo gracias a las aclaraciones del diseñador e íntimo amigo de la novia, Juan Avellaneda –el cual estaba sentado en la misma mesa que Gordon–.
El fail del cóctel y una cena un tanto pintoresca
El menú del chef tres estrellas Michelín, Eneko Atxa, constaba de veintitrés platos –más los tres de la cena– al detalle, todo de lo más exclusivo. No podía ser menos, pues, como ya sabemos, a Tamara siempre le ha gustado lo mejor de lo mejor, aun más tras su participación en el talent de cocina MasterChef Celebrity España, del cual resultó vencedora.
El banquete se elaboró para hacer felices a los estómagos de los 400 invitados, cada cual disfrutó de un menú valorado en 300 euros, cosa que se hizo notar por la gran cantidad de platos en el cóctel. Los amigos y familiares estaban casi llenos tan solo con el aperitivo –langosta, espárragos, caviar, etc.–, lo que dejó en un segundo plano a la cena principal (pero no al posterior discurso del novio).
No todo podía ser tan malo, pues el plato estrella consistía en pichón asado, acompañado de trufas y setas, con ñoqui de Idiazábal y estofado de trigo; lo que dejó ese sabor de boca de final de cuento, o telenovela, a “fueron felices y comieron (casi) perdices”.
