A punto de pasar un cuarto de siglo desde el accidente donde fallecía la queridísima princesa Diana; donde solo sobrevivió una persona: Trevor Rees-Jones. ¿Qué ha sido de él? ¿Cómo le va la vida ahora?
26 años hará el próximo 31 de agosto el accidente de tráfico en París, donde fallecía la princesa Diana junto al resto de sus acompañantes, todos menos uno, Trevor Rees-Jones. En aquel entonces era el guardaespaldas de la madre de los príncipes Guillermo y Harry. Fue el único que quedó vivo tras aquel incidente que no dejó a nadie indiferente.
El superviviente de aquel fatídico accidente parece que, a día de hoy, la vida le sonríe; disfruta de una vida familiar tranquila y una increíble carrera profesional. En la actualidad trabaja como jefe de seguridad de AstraZeneca, una empresa farmacéutica cuya sede se encuentra en Reino Unido, ahora muy célebre por su vacuna contra la COVID-19. Asimismo, ganó una gran cantidad de dinero mientras trabajaba para una de las petroleras más grandes de Estados Unidos.
De guardaespaldas de Lady Di a jefe global en seguridad de AstraZeneca
El ex-guardaespaldas de Lady Di actualmente tiene 54 años y pocas veces le hemos podido ver en público. Vive en una casa unifamiliar en Oswestry junto a su esposa, Ann, sus dos hijos y su perro. Sigue teniendo cicatrices en el rostro que le recuerdan aquel incidente a finales de agosto en el Puente del Alma, junto al río Sena. En su momento tuvo grandes lesiones, tanto en la cabeza como en el pecho, y pasó 10 días en coma. De hecho, tuvieron que reconstruir su cara a través de 150 piezas de titanio. Tras ello, sufrió amnesia profunda, se casó dos veces y tuvo una época donde solo se comunicaba susurrando y escribiendo en una libreta.
Pasaron seis meses cuando volvió a trabajar para Mohammed Al-Fayed. Sin embargo, abandonó el trabajo para poder continuar. Una buena decisión esta, pues desde entonces todo le ha ido viento en popa: volvió al condado donde nació Shropshire y trabajó en una tienda de deportes durante un tiempo. Más adelante encontró un puesto de seguridad para las Naciones Unidas e, incluso, ganó una fortuna en los petroleros Halliburton. En la actualidad, es el jefe global en seguridad de AstraZeneca, la famosa firma de una de las vacunas contra el COVID.
Rees-Jones era el copiloto de ese coche en París de 1997. Tan solo tenía 29 años y se rompió todos los huesos de la cara, además de sufrir graves heridas en el pecho. A pesar de ello, el airbag pudo salvar su vida.Llegó a estar un mes ingresado en el hospital y de estar sin poder hablar. No obstante, esto no le ha quitado las ganas: volvió a jugar al rugby al año, tal y como le había prometido uno de sus cirujanos.
Tras el accidente, Rees-Jones no recordaba qué había sucedido. Su último recuerdo era subirse a un Mercedes que estaba esperando en el Ritz de la capital francesa.
Después del accidente, Rees-Jones dijo que prácticamente no recordaba lo que había sucedido y que lo último que recordaba era subirse a un Mercedes que lo esperaba afuera del Ritz de París. «Soy la única persona que podría decirle a la gente de verdad, pero no puedo recordar nada«, aseguraba.
