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Raquel Sánchez Silva ya es escritora. Después de regresar de Honduras con Supervivientes, la presentadora ha presentado su primer libro “Mañana a las seis”, una novela de intriga con la que se muestra muy orgullosa. “El libro ha supuesto reconciliarme con la parte de la vida que quiero mirar”, reconoce la extremeña, que no duda en decir que en varios fragmentos de la novela se siente identificada con la protagonista. Después de pasar el peor trago de su vida, Raquel Sánchez Silva se ha reinventado y está de vuelta.
Raquel Sánchez Silva ya tiene su novela en la calle. ‘Mañana, a las seis’, que salió a la venta ayer, y que cuenta la historia de Lucía, una mujer en crisis que renunciará a todas las comodidades de una vida estable para vivir al límite sus pasiones y entregarse a ellas como una niña. Después de regresar de Honduras con el programa Supervivientes, la extremeña incluye una nueva profesión a su currículum: escritora.
En la presentación, que tuvo lugar en Madrid, se la vio muy sonriente, feliz y renovada. Y eso que recientemente se ha cumplido un año de la muerte de su marido, Mario Biondo. Sin embargo, ha pasado página y se encuentra volcada de lleno en su plano laboral, y ahora más que nunca con su primera novela. Eso sí, dejó un mensaje: “No quiero sentirme mal por haber sentido el amor que sentí y las cosas maravillosas que sentí”.
Alrededor de Lucía, unos curiosos personajes que miran al universo esperando alguna señal redefinirán el mundo que ella nunca se para a escuchar: una madre que prepara su gran despedida, una chica mágica en busca de sonidos del espacio exterior, un gato entrometido, una vecina sexy y rotunda, pura tentación, una camarera adivina, un novio rico de alma pixelada y un hombre de sexualidad implacable, un seductor… de libro.
De ahí que no dude en afirmar que en algunos párrafos se siente identificada: “Lucía, la protagonista, es todo lo que yo no quiero ser y representa todos los errores que yo no quiero cometer, toda la ausencia de inteligencia emocional que yo no quiero tener. Lo que tiene es un compañero que es un gato que se parece al mío”. Y habla de la madre, con la que sí se identifica. “Aurora, porque ahí están mi abuela, mi madre y yo. Es la mujer que yo querría ser cuando tenga ochenta años, si es que llego. He llorado mucho escribiendo el libro y sobre todo ha sido con ella”.
Fue duro terminarlo
Reconoce que ha sido complicado terminar el libro mientras los últimos tres meses ha estado en Honduras, copresentando Supervivientes. “Estaba viviendo en una villa donde vive el equipo con una amiga mía que también trabaja en Supervivientes. Había que verme llegar de la gala con el maquillaje puesto, mojada por haber ido en barco mientras llovía y con olas de diez pies, llegar empapada con el chubasquero horrible y entrar en casa, darme una ducha que es lo que me pedía el cuerpo, y en vez de irme a tomar el sol, sentarme y ponerme a escribir”.
Sobre si tuviera que elegir entre libro o televisión, no lo tiene claro. “A veces incluso me imagino teniendo una vida en otro lugar, donde nadie me conoce, teniendo una tiendita o diseñando, pero en otro sitio. Lo pienso muchas veces y me hace feliz”.
Y deja una frase para analizarse, e incluso, un consejo. “Prefiero que piensen que soy idiota a que soy malvada”.
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