Rey Juan Carlos: se enfada con su chófer. El Monarca acudió ayer jueves al centro de gestión de la Dirección General de Tráfico, con motivo de la ‘Operación retorno’ de las vacaciones de verano, prevista para hoy a las 15.00 horas. A su llegada, entre pitidos de funcionarios, multitud de cámaras han podido grabar cómo Don Juan Carlos discutía con su chófer por no haber situado el coche más cerca de la entrada, e incluso le llegaba a propinar un golpe en el brazo por su enfado. Esta escena ha provocado una gran polémica sobre si el Rey está exento de cualquier delito, y por ello se aprovecha de su cargo ante sus empleados.
Durante la mañana de ayer, el Rey Don Juan Carlos acudió a hacer una visita al centro de gestión de la DGT, con motivo de los 4 millones de desplazamientos que se prevén para hoy por la ‘Operación retorno’ de las vacaciones de verano.
Pero esta visita se ha convertido en el centro de la polémica en torno a los derechos del Monarca ante sus empleados, ya que a su llegada, Don Juan Carlos, quien sufrió recientemente otra caída en el Estado Mayor de Defensa, comenzó a hacer aspavientos dentro del coche oficial mientras discutía con su chófer, al que llegó incluso a propinar un golpe en el brazo, por no haber aparcado más cerca de la entrada.
Este suceso no ha tenido demasiadas consecuencias, excepto la polémica sobre si el Rey abusa de su inviolabilidad por su cargo, que le exime de cualquier delito que cometa, ya sea dentro o fuera de sus compromisos reales.
Según ha declarado el abogado laboralista Enrique Lillo, este golpe podría considerarse como atentado a la dignidad del chófer, que en todo caso sería responsabilidad de la Casa Real.
Lillo ha afirmado: «El derecho sancional administrativo y el derecho penal no se aplican al rey por ser éste inviolable, pero si la ofensa ha tenido la suficiente gravedad se podría plantear responsabilidad patrimonial», en cambio «El rey está en funciones de representación, no es una relación laboral ni una relación propia de superior y subordinado».
Por su parte, José Luis Díez, catedrático de derecho penal en la Universidad de Málaga, ha declarado: «Un asesinato, por ejemplo, no sería un acto en ejercicio de su cargo, pero sucede que el rey es inmune», añadiendo: «Mientras que no deje de ser rey, no puede ser perseguido porque, aunque ha cometido un delito, existe un obstáculo procesal».
Por estas razones, resultaría inservible que el chófer presentara algún tipo de denuncia hacia Su Majestad, ya que no sería juzgado porque no habría delito alguno.
Don Juan Carlos, tras este pequeño percance, saludó educadamente al Ministro del Interior, quien confirmó hace unos días los datos de los informes del caso Ruth y José, y visitó durante una hora la sede de la DGT, donde dio un mensaje a las unidades: «Agradeceros todo vuestro esfuerzo para que todos tengamos mucho más cuidado en la carretera cuando vamos por ahí solos o con nuestras familias».
Un buen mensaje tras un mal ejemplo por su parte hacia sus subordinados.
