La conversión de Tamara Falcó aparece en su reality y en un libro. La hija de Isabel Preysler y el Marqués de Griñón ya es conocida en nuestro país, además de por ser una de las jóvenes promesas del glamour y las fiestas más VIP españolas, por su vocación religiosa, algo que ha sorprendido a la gran mayoría, ya que siempre ha crecido rodeada de lujos. Ahora Tamara Falcó quiere compartir sus pensamientos en su nuevo reality show, pero tampoco ha tenido reparos en contar su experiencia en el tercer capítulo del libro ‘Estamos de vuelta’, donde sin duda sus afirmaciones sorprenderán a más de uno.
Hasta hace aproximadamente dos años, Tamara Falcó tan sólo había sido la niña mimada de Isabel Preysler, que había estado toda su vida rodeada de glamour y a quien se le notaba un acento ‘pijo’ indiscutible en su forma de hablar.
Pero en la actualidad, la hija del Marqués de Griñón se ha convertido en la digna sucesora de su madre en los photocalls más elegantes de nuestro país, pero además nos ha dado una sorpresa, y es que se ha convertido en una fiel seguidora de la fe cristiana.
Hace un tiempo aseguró que “si sintiese la llamada me haría monja, pero no he sentido esa vocación”, y ahora ha decidido compartir sus pensamientos en el libro de Jesús García titulado ‘Estamos de vuelta’, que narra la historia de unos peregrinos que encontraron a Dios en la ciudad Bosnia de Medjujorge.
En el tercer capítulo Tamara Falcó, quien firmó un contrato de 150.000€ con Folli Follie hace unos meses, afirma: “Sí, la niña con la colección de zapatos más impresionante de España va a Medjujorge y sube al monte descalza. Lo hice porque me lo pedía el alma”, añadiendo: “Hice un retiro espiritual y ahí fue cuando comencé a caminar hacia la luz. Ahí recordé que había oído la voz de Dios. Fue una experiencia que viví de pequeña. Cuando mis padres se acaban de separar y mis hermanos se habían ido a vivir a otro lugar. Yo estaba muy triste. Estaba llorando en mi habitación y escuché su voz. Me dijo ‘No te preocupes, todo va a salir bien”.
A pesar de todo, la ganadora de los Premios Naranja y Limón de este año, es consciente de las críticas que puede recibir por estas afirmaciones: “Diga lo que diga va a haber quién me sacuda, así que ya que me van a sacudir, que al menos por una vez sea por lo único que merece la pena», asegurando que “en la Iglesia porque me he enamorado de Cristo. Él es mi amigo fiel. Es la proyección viva de lo que mi corazón aspira a ser. Cuando Dios te toca y descubres el amor, no hay corazón que pueda resistirse”.
Una fe sorprendente que sin duda sorprende viniendo de una joven de clase alta, pero esperamos que con ella logre encontrar la felicidad.
