¿Los juguetes magnéticos son seguros para los niños? Sí, pero con reglas, porque en cuestión de seguridad infantil la prevención es fundamental. De igual manera que elegimos los juguetes adaptados a la edad del niño, también hay que prestar especial atención a las normas de uso, con el fin de evitar que la diversión se convierta en un riesgo peligroso para su seguridad. No se trata de generar alarma, solo de ser precavidos.
De acuerdo con las normas en materia de seguridad, en referencia a la legislación europea, cuando se trata de juguetes magnéticos (o con piezas magnéticas) deben venir reflejado expresamente en la etiqueta del envase del producto, fácilmente reconocible y legible por el comprador potencial. En concreto, debe aparecer que «este objeto contiene imanes o componentes magnéticos». Un imán que se adhiere a otro imán o un objeto metálico dentro del cuerpo humano puede provocar lesiones graves e, incluso, la muerte. ·Si se ha tragado un imán, busque ayuda médica de inmediato·, mensaje que también debe aparecer en el envase del juguete.
La etiqueta con la advertencia es para hacer más seguros los juguetes. Pero también para advertir a los pequeños usuarios, y especialmente los padres, sobre los riesgos potenciales de estos juguetes. De hecho, los juguetes que contienen piezas magnéticas son potencialmente peligrosos, por lo tanto, es mejor informar mejor a los padres del riesgo a la hora de hacer la compra. Con la información clara y precisa, los padres podrán decidir si es el juguete más apto o no para la edad del niño. En la etiqueta también debe aparecer el material del que está el juguete y la edad recomendada para su uso.
Normas de precaución Jugar con los juguetes magnéticos no es arriesgado, sólo hay que utilizarlos con la adecuada precaución para evitar posibles accidentes. Un riesgo que, en paralelo a la evolución de los juguetes en el mercado, cada vez más sofisticados, con más accesorios y piezas desmontables e intercambiables, también ha aumentado. Incluso los imanes se han vuelto más pequeños, fácilmente desmontables. Los imanes se atraen entre sí y también atraen a las partes metálicas, en consecuencia, si son ingeridos pueden dañar los órganos internos y, en particular, el tracto digestivo.
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