Niños y accidentes domésticos: Reglas y consejos

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Inesperados, pero en más de una ocasión evitables. Cuando hay niños en casa, una de las preocupaciones de los padres es protegerlos de los accidentes domésticos. Sin embargo, su curiosidad y su deseo de descubrir qué hay en cada rincón de la casa, sobre todo cuando empiezan a gatear o andar, puede hacer que estén más expuestos a sufrir algún pequeño percance. Vamos a ver algunos consejos para prevenir los accidentes domésticos de los niños y también qué hacer en caso de que se produzca algún contratiempo.

Las reglas
La prevención es la mejor herramienta para evitar algunos accidentes domésticos que pueden tener serias consecuencias. Es importante dar libertad de movimiento a los niños, pero no sin control. Para evitar que el niño se haga daño corriendo libremente por la casa, hay que estar alerta, aunque sin llegar a asfixiarlo y controlarlo en exceso.

Para evitar cualquier riesgo con la electricidad (por ejemplo, que metan los dedos en el enchufe), hay que comprobar que todo el sistema eléctrico está dotado de dispositivos de prevención y control. Hay que cubrir todos los cables sueltos, y no dejar las regletas de enchufes o cables de extensión en lugares accesibles para los más pequeños, así como colocar unos cubre enchufes. De igual manera, conviene colocar las lámparas o lámparas de pie en las zonas que no sean accesibles para los niños; cubrir los cables sueltos y no dejar los cables de extensión o regletas de enchufes en lugares accesibles para el niño.

Los muebles de la casa, especialmente los de líneas rectas y puntas o salientes, también pueden suponer un riesgo para los niños cuando están colocados a una altura baja. Para evitar los golpes, es conveniente colocar unos esquineros de protección o hacerlos en casa con gomaespuma.

Hay que tener también cuidado con los espacios en los que dejamos que los niños correteen libremente. De igual manera que deben contar con un espacio para sus juegos, hay sitios en los que no deben entrar solos porque implican riesgos, como el baño, donde pueden tener alcance productos que, a buen seguro, se llevarán a la boca. El suelo también puede ser más resbaladizo que en otros espacios. Hay que tener cuidado con las zonas accesibles a las escaleras y los balcones.

Otra regla importante es bloquear las puertas y cajones, para evitar que se pillen los dedos o que puedan intentar alcanzar algún objeto y terminen sufriendo un golpe o una caída. Los objetos pequeños que se puedan llevar a la boca debemos mantenerlos alejados de los niños, guardándolos en cajones que no sean accesibles para ellos. También hay que mantener bien guardado y alejado del alcance de los niños los productos de limpieza (detergentes, lejías…) y los medicamentos.

Accidentes leves
Además de la prevención, conviene tener en cuenta una serie de consejos para hacer frente a pequeñas emergencias. Si, por ejemplo, el niño ha sufrido una quemadura, se puede aplicar frío para dar alivio temporal mientras se acude al médico. En casos más graves, llamar de inmediato a urgencias (112).

Si el niño se cae, lo primero que debemos hacer es tranquilizarlo y tratar de entender la gravedad del trauma. Si es leve, basta con aplicar en la zona afectada un poco de hielo envuelto en un paño para reducir la hinchazón. Si la piel del niño se torna muy pálida, tiene náuseas o vómitos, somnolencia o desmayos, mejor llevarlo a urgencias.

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