Niños y ejercicio físico: Decálogo para padres

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Niños y ejercicio físico: Decálogo para padres. Combatir el sedentarismo es uno de los hábitos saludables que debemos enseñar a los más pequeños. Practicar ejercicio físico de manera regular reporta, a cualquier edad, innumerables beneficios para la salud física y emocional, al tiempo que ayuda a la prevención de problemas como el sobrepeso o la obesidad. Pero, ¿cuánto tiempo deben dedicar los niños a la práctica de ejercicio físico?, ¿cómo conseguir que no sea una obligación para ellos?, ¿qué podemos hacer como padres?
 
La falta de actividad física o sedentarismo nos hace, a cualquier edad, más vulnerables a padecer problemas de salud. El sedentarismo, tal y como recuerdan los especialistas, no es un mal hábito, sino una enfermedad. Practicar ejercicio reporta innumerables beneficios, tanto a los niños como adultos. Ayuda, entre otros, a la prevención del sobrepeso u obesidad, patologías cardiovasculares, desmineralización ósea, alteraciones emocionales y algunos tumores. Junto a la alimentación –una dieta sana, variada y equilibrada- la práctica de ejercicio físico es uno de los principales hábitos saludables que está en nuestras manos promover y poner en práctica. En el caso de los más pequeños (niños y adolescentes), tal y como subraya la Asociación Española de Pediatría, la actividad física favorece el desarrollo, crecimiento, integración y fomento de valores positivos y el aprendizaje de un estilo de vida saludable.
 
¿Cuánto tiempo deben dedicar los niños a la actividad física?, ¿qué papel jugamos los padres? Son algunas de las preguntas a las que da respuesta el Grupo de Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría en el decálogo para padres sobre la actividad física de niños y adolescentes. Estos son los diez sencillos consejos que podemos seguir para que la actividad física sea un divertido y saludable juego y no una obligación.
 

Diez consejos

  • Los niños y adolescentes es aconsejable que dediquen al menos una hora al día a la práctica de ejercicio físico moderado o vigoroso, pudiendo repartir el tiempo en una o varias sesiones. Es aconsejable que la práctica incluye una parte aeróbica y actividades más vigorosos para favorecer el fortalecimiento de los músculos y huesos.
  • No al sedentarismo. Realizar una sencilla actividad como caminar, subir escaleras o pasear en bicicleta nos aporta beneficios saludables. Es aconsejable limitar el tiempo que el niño o adolescente pasa frente al televisor o el ordenador, ya que estará restando tiempo a otras actividades más saludables.
  • El ejercicio físico debe ser sinónimo de diversión y juego, por ello son aconsejables las actividades en grupo y al aire libre.
  • Elegir un entorno seguro para la práctica del deporte.
  • La práctica de cualquier actividad física debe estar adaptada al estado de salud y la condición física.
  • Promover la práctica de ejercicio físico durante la infancia es la mejor manera de conseguir que se mantenga el hábito al hacerse mayores.
  • Los niños tienden a imitar los comportamientos de los adultos, por lo que el mejor papel que pueden desempeñar los padres en este aspecto es dar ejemplo con la práctica de actividades deportivas en familia.
  • Es aconsejable incorporar la práctica de ejercicio físico entre las actividades del día a día.
  • Para que la práctica de deporte sea completa, debe ir acompañada de una buena hidratación, aumentando la ingesta de líquido si la actividad es intensa o hace calor.
  • Tal y como hemos señalado antes, la alimentación y la práctica de ejercicio físico son la suma más saludable.
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