Fibroadenoma de mama: síntomas y tratamiento

fibroadenoma
El fibroadenoma de mama, aunque benigno, es un trastorno bastante frecuente y que genera una lógica preocupación al detectarlo. ¿Cuáles son los síntomas?, ¿cuál es el tratamiento más efectivo? Son algunas de las preguntas a las que vamos a tratar de dar respuesta para que, si es nuestro caso, podamos actuar de la mejor manera posible, sin que la preocupación nos genere ansiedad o temor.
 
El fibroadenoma es el tumor benigno de mama más frecuente entre las mujeres menores de 30 años, aunque puede aparecer a cualquier edad. Los fibroadenomas son pequeños nódulos o pequeños bultos formados por el tejido glandular de la mama y tejido conectivo. La mayoría se detectan al tacto, pero también pueden ser de tamaño tan reducido que es necesaria una prueba médica para localizarlos (biopsia). El fibroadenoma puede ser asintomático, es decir, no presentar síntomas o señales evidentes, salvo la incomodidad que nos pueda producir al parparlo con los dedos. ¿Debemos preocuparnos? Es la primera reacción al detectar un bulto, por lo que debemos consultar al médico para resolver todas las dudas y confirmar que, efectivamente, estamos ante un tumor benigno.
 

Fibroadenoma de mama: síntomas

El fibroadenoma aparece en forma de bulto, de consistencia dura, bordes definidos y que se mueve al tacto con los dedos. En un principio suele ser difícil de detectar, haciéndose más evidente al tacto al aumentar de tamaño. Tal y como hemos señalado estamos ante un trastorno benigno que no suele presentar síntomas evidentes. De hecho, no suele presentarse con dolor en la mama, salvo alguna ligera molesta que puede ser más evidente durante el ciclo menstrual. Por lo tanto, la señal más evidente será al tacto, al palpar la mama y detectar la presencia de una formación anormal.
 

Fibroadenoma: causas

De igual manera que el malestar en el pecho puede aparecer durante el ciclo menstrual, también hay que subrayar el papel que juegan las hormonas en la aparición de los fibroadenomas. Aunque todavía no se conoce con exactitud su origen, las teorías médicas apuntan como factor de riesgo a una posible hipersensibilidad a los estímulos hormonales. Así, la influencia de los estrógenos explica que puedan crecer de tamaño, por ejemplo, durante el embarazo o en los casos de tratamiento hormonal.
 

Fibroadenomas: tratamiento

Aunque tiende a ser inofensivo, es decir, a no evolucionar a tumor maligno (cáncer de mama), es aconsejable realizarse controles de manera periódica. En la mayoría de los casos, no requiere más tratamiento que la prevención y el control de su tamaño y forma. No es descartable tampoco que, con la edad, tiendan a desaparecer. Sin embargo, en algunos casos sí se recomienda un tratamiento de cirugía para eliminar los fibroadenomas, sobre todo cuando existen dudas de la naturaleza del nódulo, cuando el bulto aumenta de tamaño rápidamente, cuando aparece en mujeres de más de 35 años o cuando hay antecedentes familiares de cáncer (sí se ha detectado que en las mujeres con fibroadenomas están ligeramente más expuestas a poder padecer un cáncer de mama si no se controlan los bultos). Se trata de una cirugía de corta duración (ambulatoria) y que se realiza con anestesia local o general.
 
La prevención, como en cualquier problema de salud, es fundamental. En este caso, como hemos visto, es la mejor herramienta para evitar una preocupación excesiva. Con unos controles periódicos –incluida la autoexploración de las mamas– podremos detectar cualquier cambio que se produzca en unos nódulos que, en principio, son benignos y no comportan mayores riesgos para la salud de la mujer.

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