Gimnasia para un pecho firme: Flacidez a raya

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¿Cómo evitar la flacidez del pecho? Conseguir un pecho firme es posible, otorgándole una serie de cuidados y poniendo en práctica unos sencillos ejercicios de gimnasia. El pecho es una de las zonas corporales más sensibles, ya que está formado por glándulas mamarias recubiertas únicamente por tejido fibroso y grasa. Es decir, carece de músculo, por lo que solo está sujeto por la piel. Además, el pecho está expuesto a los cambios hormonales –menstruación, embarazo, lactancia- y a las oscilaciones de peso. Motivos por los que es importante mantener el pecho en su lugar exacto.
 
A medida que cumplimos años nuestra piel va perdiendo elasticidad. En el caso concreto del pecho, junto a esta pérdida de elasticidad, la glándula mamaria tiende por su propio peso a no mantenerse contra el músculo pectoral, es decir, a caerse. La solución pasa por la prevención.
 
Todas las actividades o ejercicios que favorecen la musculación de los pectorales son buenos para el pecho. El encorvamiento y la falta de músculo son, por su parte, los peores aliados. El deporte más adecuado es la natación, seguida del remo, el baloncesto, los ejercicios con pesas y el balonvolea. Pero además, te proponemos poner en práctica unos sencillos ejercicios, tan rápidos como prácticos. Y eficaces, porque notarás los resultados enseguida.

  • Tocar las palmas: Junta las manos, palma con palma, a la altura de la barbilla y hazlas sonar fuerte, tratando de no separar los dedos. Repite el ejercicio veinte veces.
  • Puño con puño: Dobla los codos, coloca las manos a la altura del pecho y coge con una mano el puño de la contraria. A continuación, presiona en horizontal y cambia de mano. Repite el ejercicio veinte veces.
  • Hacer muecas: Pronuncia la letra X, ensanchando la sonrisa todo lo que puedas, como si hicieras una mueca. El cuello se contrae y la parte superior del busto se eleva. Repite el ejercicio veinte veces.
  • Agarrar los antebrazos: Con los codos doblados, coloca los brazos, a la altura del pecho, y crúzalos delante de ti. Sujeta cada antebrazo con la mano contraria. Sin soltar, tira a la vez con ambas manos hacia fuera, como si quisieras soltarte. Repite el ejercicio treinta veces.

Otros consejos

Además de los ejercicios que hemos visto, hay otros consejos que también nos ayudarán a mantener la flacidez del pecho a raya, al tiempo que le reportarán más hidratación y elasticidad. El agua fría mejora la circulación sanguínea, endurece los pectorales y mantiene tersa la piel. Una vez finalizada la ducha, descuelga la alcachofa y, enfocada hacia el cuello, aplica agua fría en un pecho y luego en otro, realizando masajes circulares y laterales por todo el escote.
 
Aplicar la hidratación adecuada –cremas reafirmantes y regeneradoras- eleva la nutrición celular de la piel, en este caso, de la piel del pecho. Además de regenerar la piel, evitaremos la aparición de las antiestéticas estrías. Para aplicar la crema de manera más efectiva, hazla penetrar en la piel con pequeños masajes circulares alrededor del seno y, de ahí, al escote.
 
Las posturas corporales que adoptamos no solo afectan a la espalda, también al pecho. La postura adecuada es erguida, con la espalda recta, hombros atrás, cabeza alta y estómago un poco contraído.

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