Vitamina D: Ventajas para los recién nacidos

Vitamina D: Ventajas para los recién nacidos. Una de las cosas que mayor preocupación genera a cualquier madre es la alimentación, crecimiento y desarrollo de su pequeño. Y, precisamente, uno de los aspectos más importantes es que los recién nacidos dispongan del suficiente aporte vitamínico para un óptimo bienestar. La presencia de la dosis justa de vitaminas en nuestro organismo es muy importante para mantener una salud óptima. Son muchos los grupos de vitaminas que conocemos, sin embargo, nos vamos a centrar en la vitamina D así como los beneficios y ventajas que supone para los bebés lactantes y los recién nacidos. Toma buena nota porque como madre te interesará.
Como hemos citado anteriormente son muchos los grupos de vitaminas que conocemos. Así, por ejemplo, la vitamina B es buena para fortalecer la memoria, las vitaminas A y C son buenas para luchar contra la gripe… Pero vamos a centrarnos en la vitamina D. Pero, ¿cuál es su función principal? La más conocida es la de contribuir a fijar el calcio en nuestros huesos favoreciendo el desarrollo de los mismos. Precisamente, la vitamina D para recién nacidos adquiere especial relevancia porque contribuye a prevenir el raquitismo por déficit de vitamina D en el lactante. En esta enfermedad los huesos son frágiles, sobre todo, aquellos que sostienen peso como, por ejemplo, el húmero, el radio, la tibia o las costillas, entre otros.
 

El raquitismo es una enfermedad, es decir, estamos ante una enfermedad que surge en base a la deficiencia de algún nutriente. Por ello es conveniente que la vitamina D en bebés se dé en su dosis necesaria para su correcto desarrollo.
 
Pero, ¿cómo conseguimos el aporte vitamínico? Las fuentes de la vitamina D son variadas. Así, por ejemplo, se puede sintetizar a través de la luz del Sol o a través de alimentos como los aceites animales, el salmón, las sardinas, el hígado, la mantequilla, la yema de huevo y la leche. Si bien es cierto que la vitamina D3 en lactantes está presente en estos a través del alimento que la madre les aporta a través de la lactancia existen determinados casos en los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda suplementar la vitamina D:

  • Bebés prematuros y de bajo peso.
  • Lactantes amamantados por mujeres que van cubiertas, es decir, aquellas mujeres que no se exponen a la luz solar y no consumen suficientes alimentos que contienen esta vitamina (sardinas, mantequilla, salmón, leche…).
  • Lactantes de piel oscura. Aquellas personas con un exceso de melanina en la piel pueden generar un efecto rebote, es decir, aquélla puede disminuir la síntesis de vitamina en la piel.
  • Mujeres con estados nutricionales deficientes.
  • Mujeres con problemas de vesícula biliar puesto que se necesita de la bilis para la absorción de la vitamina D.

Es cierto que la vitamina D en la leche materna se encuentra en concentraciones no elevadas, su absorción es muy alta y no es habitual encontrar carencias de dicha vitamina en los lactantes amamantados. En el caso de ser precisa la complementariedad de gotas de vitamina D en lactantes su aplicación debe darse del siguiente modo:

  • Debes dar la vitamina D todos los días. Se recomienda además que la toma tenga lugar a la misma puesto que la duración del efecto es de 24 horas.
  • Dar las gotas al recién nacido antes de la toma.
  • En caso de olvido no duplicar la toma de las gotas de vitamina D.
  • No añadas las gotas al biberón porque la vitamina se torna inactiva al contacto con la leche caliente y aquélla se impregna en las paredes del biberón sin que llegue al bebé.

Ahora que ya conoces los beneficios de la vitamina D para tu bebé, ¿a qué esperas para controlar sus niveles?

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