Fruta para diabéticos: ¿Cuáles debemos evitar?

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La diabetes, o tener los niveles de glucosa por encima de lo recomendado, es una patología que no hay que subestimar, sino todo lo contrario, se debe diagnosticar y tratar. Síntomas como cansancio, mayor sensación de sed y de hambre o aliento afrutado nos pueden alertar de una posible diabetes. Un análisis de sangre nos sacará de dudas.

La diabetes es un trastorno muy relacionado con la alimentación -entre otros hábitos saludables-, tanto para su prevención como para su tratamiento. Seguir una dieta equilibrada es la mejor manera de controlar la enfermedad, una dieta en la que la fruta también tiene que estar presente. Pero aunque las frutas son una fuente extraordinaria de nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, fibra…), hay algunas que conviene vigilar por su contenido en azúcar. No se trata de prohibir, sino de controlar las cantidades y de limitar su consumo si tenemos diabetes. ¿Cuáles son estas frutas?


Frutas desaconsejadas para diabéticos
Mango, pasas, chirimoyas, uvas, papaya y plátano son las frutas incluidas en esta lista. Sus propiedades saludables son indiscutibles, pero no están consideradas el mejor aliado en caso de diabetes por ser muy ricas en azúcar. El motivo reside en el índice glucémico y en el metabolismo de los hidratos de carbono. En caso de diabetes, cuanto menor sea el índice glucémico del alimento, más adecuado será para incluir en la dieta. El plátano, por ejemplo, tiene un índce glucémico alto (superior a 50). Pero esto no quiere decir que haya que renunciar a la fruta, porque podemos elegir otras variedades, como la naranja, ricas además en antioxidantes y vitamina C. Y si un día nos queremos dar un capricho, se trata de tomar solo una pequeña porción.

Cuidar la alimentación es fundamental para garantizar nuestro bienestar, máxime cuando tenemos que aprender a convivir con un trastorno como la diabetes. Recuerda que, además de seguir una dieta sana y equilibrada, es importante adoptar otros hábitos, como el practicar ejercicio de manera regular. Algo tan sencillo como caminar después de las comidas te ayudará a controlar los niveles de glucosa.

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