Operación bikini: Come despacio y muévete

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Operación bikini: Come despacio y muévete. Son dos de los consejos dietéticos para ganar la batalla a la báscula antes de la llegada del verano y, sobre todo, hacerlo de manera saludable y práctica. Sencillos consejos que iremos aplicando a lo largo de tres semanas, tiempo en el que además de perder los kilos de más también ganaremos en hábitos saludables. Dietistas y nutricionistas recomiendan evitar las dietas milagro, aquellas dietas que ofrecen resultados demasiado rápido, pero que a largo plazo no descartan el efecto rebote, entre otros riesgos.
 
Comer despacio, planificar los menús, evitar las bebidas alcohólicas y realizar ejercicio físico. Son las premisas básicas para que, tal y como recomienda el Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana, la operación bikini nos permite perder de manera saludable y efectiva los kilos de más antes del verano. Entramos en una de las épocas del año en la que más nos preocupa nuestra figura y nuestro peso, pero perder los kilos de más, como subrayan los especialistas, no es solo una cuestión estética, sino también de salud. Por ello, debemos evitar las dietas milagro, aquellas que nos ofrecen pérdidas demasiado rápidas de peso, pero a cambio de suprimir algún grupo de alimentos –lo que puede inducir a una carencia nutricional- o comer siempre lo mismo, sin olvidar el temido efecto rebote –ganancia del peso perdido al dejar la dieta-.
 
Antes de iniciar una dieta, es aconsejable consultar al médico o especialista en nutrición, tanto para conocer la causa de nuestro exceso de peso como para valorar cuál es el método más efectivo y los aspectos de nuestros hábitos alimentarios que debemos mejorar. Perder de peso de manera saludable, práctica y hasta didáctica, es posible. Durante la primera semana lo más importante es organizar todo lo relativo a los alimentos, elaborando una lista lo más detallada posible de lo que vamos a incluir en la cesta de la compra. Es aconsejable evitar los dulceso alimentos demasiado ricos en azúcar, los aperitivos o snacks salados, ya que así evitaremos caer en el picoteo menos saludable y, sobre todo, ganar calorías.
 
La improvisación es mala compañera de las dietas, por eso es importante planificar los menús, haciendo partícipes al resto de los miembros de la familia. De igual manera, conviene planificar los horarios y, a la hora de sentarnos a la mesa, comer despacio.
 
A partir de la segunda semana los dietistas aconsejan centrar la atención en la antesala de las comidas principales –comida y cena- .Para evitar el picoteo entre horas y, sobre todo, evitar llegar a estas comidas con demasiado hambre, lo mejor es hacer cinco comidas al día. Comidas con raciones moderadas –comer en platos pequeños es un buen truco- y con las verduras –crudas en ensaladas o cocinadas- como protagonistas de los primeros platos. Hay que vigilar los acompañantes de los platos, evitando abusar de las salsas y grasas, ya que aportan muchas calorías.
 
A partir de la tercera semana hay que fijarse en las salidas a comer fuera de casa. En este caso, los dietistas aconsejan compensar antes o después del exceso y, sobre todo, reducir el número de salidas. Si al llegar el fin de semana cambiamos los menús caseros por comidas fuera de casa, podemos echar por tierra el trabajo de toda la semana. Salidas de fuera de casa que puede estar acompañadas de más consumo de alcohol, uno de los enemigos de la báscula, porque por cada gramo nos aporta 7 kilocalorías.
 
Y por último, aunque no menos importante, la práctica de ejercicio físico. Es aconsejable realizar una media de entre 30-45 minutos de ejercicio físico al menos tres veces a la semana. Alimentación y ejercicio son los términos de la ecuación para perder peso de manera saludable.

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