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Ana de Armas sigue viviendo su sueño. Después de conquistar Hollywood, ahora tenía que pasar la prueba de fuego del Festival de Cannes, y lo ha hecho con nota. Allí, rodeada de estrellas consagradas y de primer nivel, ha brillado con luz propia con un vestido en tono dorado con adornos de pedrería, una magnífica puesta de largo que contrastó con el sencillo vestido blanco que llevó de día. Atrevida y con desparpajo, la cubana quiere seguir pegando fuerte.
Ana de Armas acaparó todas las miradas en el festival de Canness. La cubana, que se hizo conocida gracias a sus papeles en series españolas como El internado, se ha labrado una carrera en Estados Unidos y presentó a Cannes la película Hands of Stone, que cuenta la vida del boxeador Roberto Durán, interpretado por Edgar Ramírez. De ahí que no dudara en posar imitando las posturas de los púgiles. Anteriormente había estado en el photocall, con un ajustadísimo vestido color crema con falda lápiz y escote en pico, de esos que quitan el sentido.
Durante la sesión de fotos la ex del Internado no paró de gesticular, reír, posar, hacer fotos y divertirse, además de dejar claro que entre ella y su compañero de reparto hay muy buena sintonía. De hecho lo dejaron claro con un beso ‘de película’.
Brillando en la alfombra roja
Y es que la actriz es la viva imagen del desparpajo, de la felicidad y del éxito. Con un vestido en tono dorado con adornos de pedrería acaparó una buena parte de los flashes, en lo que es su sueño americano. Está claro que Ana ha estado a la altura del resto de las famosas que han pasado durante estos días por la alfombra roja del festival de cine más importante del mundo.
Aunque cubana, Ana ha vivido durante muchos años en España, por lo tanto podemos considerar este éxito de la latina de moda, como algo nuestro. Nos alegramos por ella.
