Brad Pitt ha hablado después de conocerse la decisión de Angelina Jolie de pedirle el divorcio. Y la verdad, por sus palabras, parece que la cosa no va a acabar nada bien. “Estoy muy triste. Pero lo que más importa ahora es el bienestar de nuestros hijos. Ella ha desatado el infierno”. Así de claro se muestra el actor que reconoce que su batalla será ahora luchar por la custodia compartida física de sus hijos. Por cierto de lo Marion Cotillard parece que no hay nada.
La guerra de los Brangelinos ha comenzado. En un escueto comunicado, hasta ahora sus únicas palabras, Brad Pitt ha dicho tras pedirle su mujer el divorcio que “Estoy muy triste. Pero lo que más importa ahora es el bienestar de nuestros hijos”. Pero en círculos más cercanos se dice que el actor reconoce que “ella ha desatado el infierno”.
Lo que está claro es que Pitt va a luchar por la custodia física compartida de sus seis hijos, Maddox (15 años), Pax (12), Zahara (11), Shiloh (10) y los gemelos Knox y Vivienne (8)– y no se conformará con las visitas que determine el juez, punto que incluía Angelina Jolie en su demanda de divorcio. Jolie solicita la custodia legal conjunta, pero no la física.
El actor cree que esto puede perjudicar a sus hijos, que ya han visto cómo, tras la noticia, un ejército de fotógrafos y reporteros rodean su casa de Hollywood Hills.
Cotillard, «devastada»
Por cierto, de lo que parece que no hay nada es de ese rumor que situaba a Marion Cotillard como la causa de la separación. Según fuentes la francesa está “absolutamente devastada y horrorizada” por estos rumores, que añadió: “Las afirmaciones de que está engañando a Guillaume con Brad la dejaron absolutamente destrozada. Marion y Guillaume son felices”. La actriz está embarazada por segunda vez, fruto de su relación con el actor y director de cine Guillaume Canet, padre de su hijo Marcel. Así que ha el rumor ha llegado en el peor momento.
Ahora el tema del momento es cómo se va a dividir las ganancias de los dos. Una fortuna de 400 millones de dólares que comparten Brad y Angelina, y que incluye varias casas en California, una en Nueva Orleans y la hacienda Miraval en el sur de Francia, donde se casaron dos años atrás, valorada en unos 60 millones de la divisa estadounidense. Seguro que será tema para una nueva polémica.
