Celos infantiles: cómo tratarlos

Cuando nos planteamos tener un segundo hijo o un tercero, siempre pensamos en cómo lo pasarán el resto de hijos. Los celos infantiles son muy comunes y no siempre es fácil tratarlos. Cuando un niño pasa de ser el rey de la casa a compartir ese sentimiento con otra persona es muy duro y está en nuestra mano que sea lo menos doloroso posible. Ese sentimiento de frustración que el niño experimenta se debe a la sensación de no ser correspondido, de la forma en que espera, en el sentido emocional. En este artículo os damos las claves para poderlo solucionar de la mejor manera y que todo sea de la forma más natural posible.

Los celos infantiles
Con la llegada de un nuevo hermanito, muchos niños experimentan un sentimiento de frustración y de malestar emocional. El motivo es que reclaman la misma atención que habían tenido hasta ese momento, sin embargo con la llegada de un nuevo bebé es difícil que la atención hacia el primer hijo sea igual. Normalmente los celos infantiles suelen ser transitorios y desaparecen una vez que el niño se adapta a la nueva circunstancia y la asimila. En casos extremos y con una duración prolongada en el tiempo es cuando se considerará trastorno clínico.

Cómo saber si mi hijo tiene celos de su hermano
Los celos infantiles se manifiestan de diversas formas, al igual que ocurre con los adultos, sin embargo debes de estar alerta en caso de que el niño presente estos síntomas o provoque estas situaciones:

  • Pega a su hermano. Cuando un niño tiene celos, se vuelve más agresivo, sobre todo con su nuevo hermanito. Constantemente busca el momento y la situación para molestarle.
  • No hace caso. Se vuelve más desobediente que de costumbre, así como más rebelde. No hacen caso a nada de lo que les decimos o hacen justamente lo contrario.
  • Dan un paso atrás en su desarrollo. Muchos niños dan un paso atrás en el proceso de desarrollo hacia la madurez, vuelven a orinarse en la cama, piden un chupete cuando hace tiempo no lo utilizan, quieren sentarse en la silla de paseo de su nuevo hermano, se chupan el dedo, piden que les pongan de nuevo el pañal, etc. son reacciones normales. Frente a esto hay que hablar con ellos tranquilamente y recordarles que no son bebés, es un proceso duro pero necesario.
  • Las expresiones. Su cara expresa infelicidad o llora constantemente sin apenas motivos o sin haber ocurrido nada. Son los propios celos los que le hacen sentirse un poco más solo, parecido a la sensación de ansiedad.

Cómo actuar frente a los celos infantiles
Tener un hermanito ha de ser motivo de alegría y de felicidad para toda la familia, no solamente para los padres que cumplen su deseo de ser de nuevo padres y de aumentar la familia, sino que para los otros miembros de la casa ha de ser igual de satisfactorio. Para que los niños mayores no sufran tan fuertemente estos celos, recomendamos:

  • No caer en sus chantajes. Cuando un niño, motivado por los celos, tiene alguna rabieta o episodio referente a ello, lo peor que podemos hacer es hacerle caso. No estamos diciendo que no se haga caso al niño, sino que se le dedique todo el tiempo preciso en momentos de alegría y no cuando él lo reclame a base de lloros y pataletas.
  • Involucrar a toda la familia. Es necesario que desde el momento en que el niño sabe que va a tener un hermano,se le involucre en su educación y crecimiento. Motivarle y fomentar el cariño hacia el hermano incluso antes de que este haya nacido. Preguntarle qué le parece la decoración de la habitación de su hermano, pedirle que os diga qué nombre le gustaría ponerle, que toque la barriguita y lo sienta, etc. Son cosas que nunca fallan.
  • Aumentar y practicar actividades en familia. Realizar juegos conjuntos donde todos podáis intervenir. De esta forma se estrechan lazos que unirán a los pequeños.
  • Alabar aún más los aspectos positivos y las cosas buenas del niño. Esto es mucho más efectivo que recriminar o reñir por las malas. Los incentivos positivos siempre funcionan.
  • Mantener la calma, en la medida de lo posible, ante los episodios de celos. Tratar de hablar con el niño, de calmarlo y de entender su punto de vista. Dialogar sobre los beneficios de ser el hermano mayor: poder cuidar del pequeño, enseñarle a hablar, meterse más tarde en la cama, jugar con los amigos, etc.

Tener dos o más hijos puede suponer mucho estrés y agobio para toda la familia. Lo importante es la unidad familiar y sobre todo el diálogo y la implicación de todos los miembros. Los episodios de celos son frecuentes y normales. Tratarlo con normalidad, con diálogo y respeto.

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