Cómo reconocer las contracciones de Braxton Hicks

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Las denominadas contracciones de Braxton Hicks (nombre del médico inglés, John Braxton Hicks, que las describió por primera vez en el año 1872) se pueden definir como las contracciones uterinas que van preparando al útero para el posterior trabajo de parto. No son las contracciones reales, aquellas que indican la proximidad y la inminencia del parto. Vamos a ver algunos datos útiles para aprender a identificar estas contracciones durante el embarazo para que cuando se produzcan no generen ansiedad en la futura mamá.

Cuándo aparecen
Pueden aparecer ya en el segundo trimestre del embarazo, pero son más frecuentes en el tercero. Las contracciones de Braxton Hicks son una eventualidad absolutamente normal, que no debe preocupar, ni generar el pánico, en la mujer embarazada.

Son contracciones de corta duración, contracciones involuntarias de los músculos del útero que duran entre 30 y 60 segundos, y que, a diferencia de las contracciones reales, no aumentan en intensidad ni en frecuencia. Sobre todo en las últimas semanas de embarazo, estas contracciones son una especie de entrenamiento del útero, que de esta manera se prepara para el trabajo del parto en sí.

Cómo reconocerlas
Para reconocer sin error las contracciones de Braxton Hicks hay que tener en cuenta las principales diferencias con respecto a las contracciones que, como hemos visto, anunciarían el inminente parto. Así, entre estas diferentes se incluyen que las contracciones de Braxton Hicks ocurren esporádicamente, no implican síntomas dolorosos y, además, no aumentan, ya sea en intensidad o frecuencia. La única sensación de que la madre notará es el endurecimiento del útero, pero las caderas y la espalda no se verán afectadas por otros síntomas. Cuando se producen, en la mayoría de los casos, es suficiente con tumbarse y relajarse durante unos minutos para conseguir aliviar las posibles molestias.

Las contracciones reales, por el contrario, aumentan en ritmo e intensidad, causando dolor acentuado, sensación de presión en el pubis y molestias difíciles de ignorar. El dolor y el malestar no desaparecen, como sucede con las contracciones de Braxton Hicks, cuando la mujer embarazada se acuesta. Aparecen de manera sucesiva, con molestias en la parte inferior de la espalda que se irradia a ambos lados.

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