Educar sin gritos: Efectos de la violencia verbal sobre los niños

Te contamos todos y cada uno de los efectos negativos de la violencia verbal sobre los niños y te damos los mejores consejos para educar sin gritos a los tuyos.

Efectos negativos de la violencia verbal sobre los hijos

Llegas a casa agotada después de un largo día de trabajo y en lo único en lo que puedes pensar es en pasar un rato con tus hijos y disfrutar de ellos, todo empieza con tranquilidad, les cuentas qué tal te ha ido el día, les preguntas cómo están ellos, qué han hecho en la escuela, todo es paz y armonía, pero de repente ellos hacen algo, un mínimo detalle que a ti te empieza a sacar de tus casillas y es ahí cuando te vuelves a ver a ti misma gritando sin control, levantando la voz y diciendo a tus hijos qué tienen que hacer de una forma grosera y hostil.

La psicóloga Piedad González Hurtado nos advierte: «Por más que luego les pidamos perdón por haber perdido los nervios y les demostremos cariño, el daño está hecho» y continúa: «los gritos tienen un impacto en el cerebro humano y en el propio desarrollo neurológico del niño ya que el acto de “gritar” tiene una finalidad muy concreta en todas las especies, que es la de alertar de un peligro.». «Provocamos una liberación excesiva y permanente de cortisol que sume al niño en un estado de estrés y alarma constante, en una situación de angustia que le impide pensar con claridad por lo que no obedece que es nuestro objetivo».

Tranquila, todas las madres y padres pierden el control de vez en cuando, el estrés y el agotamiento pasan factura, pero esto no quiere decir que porque de vez en cuando tú pierdas los papeles, tus hijos se vaya a traumatizar, menos aún si sabes cuándo tienes que pedirles perdón, la cuestión está en que si les gritas de forma continua y les educas elevando la voz, esto tendrá un efecto negativo sobre su cerebro que los condicionará en su vida adulta.

Los expertos advierten, gritar constantemente a los hijos les ponen en una situación de alerta que para nada les beneficia.

Como ya te hemos dicho antes, muchas veces el estrés y una situaciones de agobio, nos hacen perder los papeles, sin embargo, hay otra razón que también lleva a muchos padres a gritar a sus hijos, la educación que ellos mismos han recibido en su infancia, es por ello que no conocen otra forma de educar a sus propios hijos.

Consejos para no gritar a los hijos

Primero de todo, se debe reconocer y concienciarse una misma de que gritar es perder el control y de que debemos mantener la calma. Segundo, se debe caer en la cuenta de que los padres también nos equivocamos.

Te damos unas sencillas técnicas que puedes poner en práctica para evitar gritar a tus hijos.

Respira hondo y cuenta hasta diez, mentalízate y dite a ti misma que no tienes que gritar, que hay otra forma de hacer las cosas con las que tú y tus hijos os sentiréis mejor.

Para esos instantes en los que no puedes más, busca una distracción, sal de la habitación, toma aire, ves al baño… Busca algo que te distraiga y te haga darte cuenta de que no es necesario gritar.

Recuérdate a ti misma que los niños son niños, ¿estás cansada de tener que repetir a tu hijo cada mañana la misma historia de vístete, lávate los dientes que vamos a llegar tarde al colegio? No pasa nada, a la mañana siguiente se lo vas a tener que repetir otra vez, los niños son niños y esto quiere decir que no tienen por qué seguir a pies juntillas cada cosa que les decimos y que la repetición, la constancia, la empatía, la educación y el respeto, son las claves.

Piensa lo siguiente, ¿tratarías de la misma manera a tu pareja o a tus padres que la que estás tratando a tus hijos? Que sea pequeño y que tengas que educarle y guiarle en el buen camino, no significa que le puedas faltar al respeto.

Propón en casa lo siguiente, cada vez que alguien grite o alce la voz más de la cuenta, el resto le podrá decir «stop», y es ahí cuando el que ha gritado se tiene que dar cuenta que no hay que elevar la voz ni poner castigos exagerados.

Por último, recuerda que no debes sentirte culpable, educar y criar a los hijos es una tarea difícil en la que tiene que colaborar toda la familia; si ya te has dado cuenta que gritas en exceso, debes intentar cambiarlo, pero no por ello debes dejarte arrastrar por la culpabilidad, recuerda que nadie nacemos enseñados y que aprender a ser padres cuesta y lleva su tiempo y se debe hacer poquito a poco.

También te puede interesar: Consejos para mejorar la autoestima de tu hijo adolescente y Cómo pasar tiempo en familia: la importancia de estar juntos

Impostazioni privacy