Enfermedades de verano en los niños: síntomas, contagio y remedios

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Hay enfermedades que son más propias de los meses de verano, como es el caso de la amigdalitis bacteriana o de las infecciones intestinales por hongos. Aunque en verano tendemos a relajarnos, en cuestión de salud no hay que bajar nunca la guardia, y máxime cuando hablamos de los niños. Aunque son trastornos molestos, la mayoría son pasajeros y con unos remedios sencillos se aliviarán los síntomas. Lógicamente, en el caso de los más pequeños conviene consultar siempre al pediatra. En algunos casos será necesario administrar fármacos, pudiendo ser útiles también algunos remedios sencillos y naturales. Pero, ¿cuáles son las causas de las principales enfermedades del verano de los niños?, ¿cuáles son su síntomas y formas de contagio? Vamos a dar respuesta a estas preguntas, así como a tomar nota de algunos de los remedios naturales más eficaces.

Causas y síntomas
Entre las causas más frecuentes de los trastornos de salud en los meses de verano se incluyen la fatiga de los viajes, los cambios de temperatura o los cambios de alimentación. Precisamente, antes de ingerir algunos alimentos hay que ser precavidos, para evitar una posible intoxicación por bacterias tales como Campylobacter, Salmonella y E. Coli. En caso de intoxicación alimentaria, la diarrea es el síntoma más común. En un principio, es particularmente acuosa, a veces asociada con dolor abdominal, vómitos y fiebre, que debe ser tratada inmediatamente después de consultar al pediatra.

Otras enfermedades típicas del verano, como la amigdalitis, causan dolor en la garganta, fiebre alta, placas en las amígdalas o gánglios inflamados. Por su parte, el impétigo, o infección cutánea, llega acompañado de ampollas, pústulas y picazón.

Contagio
Para evitar las intoxicaciones por la ingesta de alimentos contaminados es importante lavar bien cualquier producto antes de consumirlo, asegurándose de que está intacto y no caducado. Incluso los productos hechos en casa pueden ser difíciles de digerir para el estómago de los niños. En cuanto al agua, si viajamos en verano, lo mejor es beber agua embotellada.

En los casos de infección por hongos, éstos se pueden desarrollar en cualquier ambiente cálido y húmedo. Las cortinas de ducha, bañeras, suelos de piscinas o toallas son los lugares preferidos por los hongos. Es conveniente adoptar medidas preventivas como evitar caminar descalzos por estos lugar o compartir la toalla con otras personas. El impétigo, por ejemplo, se contrae a través del contacto con otros niños enfermos o jugando con la arena sucia.

Remedios
Si el niño manifiesta los síntomas típicos de alguna enfermedad de verano hay que contactar inmediatamente con el pediatra. Mientras tanto, en caso de diarrea o fiebre, hay que rehidratar con la administración de pequeñas cantidades de agua. Pequeñas dosis a intervalos más cortos con soluciones de sales minerales. Los fermentos lácteos ayudan al cuerpo a restablecer el equilibrio intestinal. La amigdalitis bacteriana se trata con la administración de antipiréticos y antibióticos recetados por un médico. El impétigo a su vez requiere un tratamiento con antibióticos y el uso de productos específicos para la piel.

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