Parto con epidural: ¿Cómo reducir los riesgos?

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Parto con epidural: ¿Como reducir los riesgos? Las lesiones perinales o los problemas de suelo pélvico se pueden reducir cerca de un 30% cambiando la posición de la madre tras haber alcanzado la dilatación. Y es que, precisamente, la posición adoptada durante el parto tradicional con epidural podría, según el último estudio realizado sobre maternidad y embarazo, constituir un factor de riesgo de daño perinal, entre otros. Los cambios de posición y movimientos evitarían además el riesgo de episotomía.
 
Con este término, episotomía, se conoce la pequeña incisión o corte en el periné (laterales de la vagina) para abrir el canal vaginal y evitar el desgarramiento en el momento del nacimiento del bebé. Una técnica que cuenta con defensores y detractores, ya que se considera que esta medida puede ser precisamente un factor de riesgo de complicaciones como incontinencia o pérdida de control del intestino o los traumatismos perineales. Disminuir los factores de riesgo durante el parto con epidural es el objetivo del estudio, financiado por el Ministerio de Sanidad, y que se ha basado en estudiar los cambios de posición y movimientos de la mujer tras la dilatación completa. Esto, según los datos del estudio publicado en International Urogynecology Journal, podría reducir los riesgos tanto de daño perineal como de suelo pélvico en más de un 25%. Además, los cambios de posición ayudarían en el momento de la bajada de la cabeza del recién nacido. Cabe recordar que, según datos médicos, la epidural se utiliza en nuestro país en un 80% de los partos, lo que aumenta las posibilidades de padecer trastornos de suelo pélvico. Factores que riesgos que este estudio relacionada directamente con la falta de movimientos de la madre tras serle administrada la epidural, afectando al mismo tiempo a la forma de empujar, ya que la epidural reduce y la necesidad de hacerlo.
 
En el parto tradicional, la posición común que adopta la mujer es empujar tumbada boca arriba para, a continuación, colocarse en la denominada posición ginecológica, es decir, con las piernas sobre los estribos. Con el modelo alternativo de parto propuesto, no solo se estimula a la mujer para que vaya cambiando de posición tras alcanzar la dilatación completa hasta conseguir que la cabeza del bebé se colocara en una posición con la que pudiera salir sin mayores esfuerzos. La tradicional posición ginecológica se alternó con otras como el estar sentada, de rodillas, en cuclillas o a cuatro apoyos. Para el momento del alumbramiento, la posición sería de lado, con la pierna de arriba en una posición neutra para favorecer el empuje de la musculatura abdominal, es decir, se buscaba una posición más beneficiosa para estos músculos.
 
Las conclusiones que arroja este estudio, realizado con la participación de 196 mujeres, es que el modelo alternativo propuesto también reduce significamente el número de partos asistidos. Así, del total de mujeres participantes en el estudio que optaron por el parto tradicional, en un 42% de los casos necesitaron algún tipo de asistencia en el parto (es decir, no fueron partos espontáneos), un porcentaje que en el caso de las mujeres que optaron por el modelo alternativo se redujo hasta el 20%. Y no fue el único dato a tener en cuenta, porque este nuevo modelo donde los cambios de posición y movimientos durante el parto juegan un papel esencial también se reduce de manera consideable tanto el tiempo de empujar (menos de veinte minutos), además de los riesgos de episotomia o de lesiones y desgarros.
 
Un modelo alternativo que también tiene ventajas a largo plazo, ya que tras las valoraciones realizadas a los cuatro meses de dar a luz también se observó que las mujeres presentaban una menor incidencia de incontinencia urinaria, frente a las que se habían decantado por un parto tradicional con epidural.

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