Propósitos de año nuevo para niños

Comenzar un nuevo año es motivo de alegría y motivación, y no sólo para los adultos. Ayudar a un niño a fijarse metas durante el próximo año es fundamental para que se den cuenta de qué cosas han hecho mal o en las que se han equivocado el año anterior para rectificar y convertirse en su mejor versión. Si no tienes muy claro cuáles son los objetivos que podría fijarse tu hijo, te contamos los mejores propósitos de año nuevo para niños.

Propósitos infantiles de año nuevo

1. Hacer los deberes

A nadie le gusta recibir una regañina delante de tus compañeros de clase por no haber hecho los deberes, pero a veces la pereza u otros estímulos más llamativos absorben a nuestros pequeños. Para evitarlo, uno de sus propósitos para año nuevo puede ser fijar una hora determinada al día para hacer los deberes y adoptar una rutina, lo cual le va a ayudar a aprender al máximo y disfrutar de la escuela, ya que recibir demasiados comentarios negativos puede llevarle, incluso, al fracaso escolar.

2. Comerse toda la comida

Hay niños que se comen todo lo que les ponen delante, pero otros apenas quieren probar nada. Si tu hijo está en el segundo grupo, su propuesta ideal es comenzar a probar comidas nuevas y comerse todo lo que hay en el plato. Está claro que no siempre va a poder ser, pero el simple hecho de querer intentarlo es todo un triunfo.

3. Ser más independiente

Hasta que no llegue a una determinada edad, tu hijo va a necesitar que lo ayudes en prácticamente todas las tareas. No obstante, existen algunas pequeñas cosas que pueden ir aprendiendo a hacer por sí solos, como puede ser ponerse los zapatos, comer o ponerse el pijama. Te ayudará muchísimo y a ellos les vendrá genial para desenvolverse cuando no estés presente.

4. Ser más limpio

Muchas veces tenemos que ir corriendo detrás de nuestros hijos para decirles que se laven las manos antes de comer, o incluso el momento de bañarlos puede suponer un auténtico suplicio tanto para ellos como para nosotras. Por ello, un buen propósito es que él mismo trate de mejorar su higiene, responsabilizándole de mantenerse siempre limpio o, al menos, de avisarnos cuando detecte que su ropa o él mismo está sucio.

5. Compartir con los demás

Compartir no siempre es fácil para un niño, y menos aún viviendo en una sociedad tan materialista como la nuestra. Sin embargo, ser generoso con los demás es fantástico para mejorar la empatía y sentirse mejor consigo mismo al ver que otra persona también puede disfrutar de las mismas cosas que él. Esto, precisamente, es una de las lecciones más poderosas que debe aprender de pequeño.

6. Expresar sus emociones

Incitar a que un niño exprese lo que tiene en su interior es fundamental para evitar sentimientos negativos y todo tipo de traumas, y la mejor forma de conseguirlo es mejorando la comunicación. En este punto vas a tener que poner también de tu parte, y es que deberás ofrecerle un clima lo suficientemente cálido como para que se atreva a contarte sus miedos, sus creencias y sus inquietudes.

7. Ayudar más en casa

Está claro que un niño pequeño no va a poder encargarse de muchas tareas domésticas, pero ponerle como meta que aprenda a recoger él solo sus juguetes va a ser todo un acierto. Esto no sólo mejorará su sentido de la responsabilidad, sino que aprenderá a ser ordenado, una competencia que le será muy útil en el futuro.

8. Hacer deporte

El ejercicio es indispensable durante el período de crecimiento infantil y apuntarlo a un deporte va a ser una idea fantástica, especialmente si tu hijo tiene mucha energía. Además, podrá conocer a otros niños con los que interactuar y le ayudará a ser más sociable.

9. Jugar en la calle

La tecnología nos facilita la vida, pero si algo nos duele a los padres es ver cómo nuestros hijos no se divierten en la calle como lo hacíamos nosotras. Despegarse durante unas horas de la pantalla y respirar aire fresco no sólo vendrá bien a su salud física, sino también psíquica.

10. Hacer cosas nuevas

Parece difícil de creer que uno de los propósitos de año nuevo para niños pueda ser “hacer cosas nuevas”, pero tiene mucho más sentido del que parece a simple vista. Basta con observar a nuestros pequeños para descubrir que pasan muchas horas en el colegio, haciendo deberes o en actividades extraescolares, dejando a un lado algo que es fundamental: la creatividad. Por ello, es muy importante que dejes que los niños tengan cierto tiempo libre para que puedan llegar a aburrirse y se atrevan a experimentar e investigar por su cuenta, sin que nadie tenga que decirles lo que hacer. Seguramente se equivocarán, pero créenos que eso sólo les ayudará a mejorar.

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