Dormir con el gato: Riesgos y ventajas

Conocemos esa sensación de alegría y satisfacción cuando tienes a tu gato a los pies de tu cama, pero lo que a veces no nos planteamos es todos los riesgos que existen cuando nuestro querido gato duerme plácidamente junto a nosotros. Por supuesto, la decisión es tuya, pero al menos es importante que estés informada sobre los riesgos y las ventajas de dormir con el gato. ¡Toma nota!

Ventajas de dormir con el gato

Seamos honestas, las ventajas tienen que ver más con el aspecto emocional que cualquier otra cosa. Esa sensación de placer cuando ronronea o cuando nos calienta los pies… reconocemos que es algo indescriptible.

Además, cuando el gato duerme diariamente con su mamá o papá humano, la relación entre dueño-gato se profundiza y probablemente los gatos que duermen en la cama con su familia humana son mucho más cariñosos y afectivos que los que no lo hacen.

Riesgos de dormir con el gato

Pero ¿estas ventajas compensan los riesgos que tiene dormir con el gato? Valóralo tú misma.

Como sabes, los gatos no tienen el mismo reloj nocturno que los humanos, por lo que no pienses que tu gato se queda quietecito toda la noche durante el tiempo que tú duermes. Lo más habitual es que se levanten, jueguen con tu pelo y tu cara, se pongan a correr por la casa, se resquen, ronquen, vayan al baño, etc. Toda su actividad puede influenciar en tus horas de descanso más de lo que imaginas. De hecho, un estudio de la Clínica Mayo sobre trastornos del sueño encontró que más del 20% de los pacientes que duermen con sus mascotas dicen que los animales alteran su sueño.

Aunque los gatos tienen fama de ser muy limpios, en realidad no son Mr. Limpio. Recuerda que no llevan zapatos ni ropa, por lo que todo aquello con lo que tienen contacto puede quedar impregnado en su pelaje. Si tu gato sale a la calle es muy común que pueda haber olido o comido restos de basura que tiene gérmenes que puede llevar a tu cama. Incluso si es un gato totalmente casero, cuando acude a su cajita a hacer sus necesidades, las bacterias pueden quedar pegadas en sus patas. Puedes optar por poner una mantita a los pies de la cama y enseñar a tu gato a acostarse únicamente allí, pero ya sabes que no puedes tener certeza de lo que hará mientras duermes.

Si eres alérgica o tienes asma, sobra decir que bajo ningún concepto debes dormir con tu gato. En este caso deberás tener mucho cuidado con la limpieza para eliminar el exceso de pelo, mantener la puerta de tu habitación cerrada y usar un buen filtro HEPA en la habitación para eliminar los desencadenantes de alergia y asma mientras duermes. Además, en tu veterinario puedes encontrar unos sprays para el pelo de gato que minimiza la alergia. Pero de todas formas, si tienes alergia no es recomendable dormir con el gato, incluso los expertos recomiendan no tener gatos cuando algún miembro de la familia es alérgico.

Incluso aunque tengas un cuidado riguroso con tu gato, puede tener alguna bacteria o parásito que te pueda transmitir, especialmente si salen a la calle. Los gatos pueden transmitirte pulgas, ácaros cheyletiella que causan erupciones y picazón y parásitos intestinales, como los anquilostomas, mucho más comunes en los gatos de lo que imaginas. Estos últimos sólo se transmiten a través de la materia fecal del gato, pero si tu gato sale de la cajita de excrementos cuando estás durmiendo y luego se acerca a ver lo guapa que estás mientras sueñas y te toca con su patita en tu boca, el contagio está asegurado.

Además, los gatos pueden contagiar de diferentes bacterias a los humanos que causan enfermedades como salmonelosis, toxoplasmosis, bartonelosis o criptosporidiosis. Tampoco te alarmes, no es fácil contagiarte de estas enfermedades con un gato, pero piensa que mientras duermes la exposición puede ser mayor y poco controlada. En el caso de personas con el sistema inmune bajo, como personas enfermas, niños y ancianos, es mucho más fácil el contagio, por lo que dormir con el gato en estos casos está prohibido.

Mantén a tu gato limpio y bien cuidado, con todas sus vacunas y desparasitado correctamente como te indican en el veterinario. Así minimizarás los riesgos de contraer algún parásito o bacteria de tu gato.

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