Los niños ahora no quieren ser futbolistas, cantantes ni toreros, ahora quieren ser youtuber. ¿Qué es eso? Pues salir por vídeos en Internet y dar consejos sobre diferentes temas. En España tenemos uno de los más conocidos, el Rubius. Pues bien, un niño de 12 años quería ser como él y se gastó 100.000 euros (sí, no hay un fallo en los ceros) al contratar un servicio de publicidad. Google ha visto que fue un error y no tendrá que pagarlo.
Los tres youtubers (usuarios que tienen un canal propio en YouTube) más seguidos del mundo, suman unos ingresos anuales mínimos de 1.248.600 euros y superan en popularidad a las estrellas musicales del momento. En España tenemos al Rubius, que todo lo que toca lo hace oro, incluso ha escrito un libro. Pues bien, un niño de Alicante de 12 años quería ser como ellos y lo que ha hecho es liarla parda porque se ha gastado 100.000 euros.
Resulta que contrató de forma errónea un servicio para dar publicidad a su página web, Google ha analizado el caso y ha comunicado que no cobrará nada a la familia. «Hemos analizado este caso y no hemos recibido dinero por parte de este usuario. Vamos a proceder a cancelar el saldo pendiente de AdWords», explica la compañía en un comunicado. «Muchos servicios online, incluyendo Google AdWords, tienen restricciones de uso por edad. Sabemos lo importante que es mantener el entorno de la familia seguro en internet, por eso los padres pueden encontrar información sobre cómo hacerlo en el Centro de Seguridad Familiar de Google», añade.
Web de música
Y eso que el chavalín tiene las ideas claras porque había montado junto con otro amigo de 15 años una web de vídeos sobre música y quería obtener ingresos como youtuber. Después abrió una cuenta en Google Adwords, pensando en que a través de ello obtendría dinero por publicidad que fuera insertada en sus contenidos. Pero no, lo que hizo fue contratar un servicio de publicidad.
A partir de ahora los youtuber de moda, hay muchas personas que hablan de belleza, tendrán que decir en sus vídeos eso de “niños, esto no lo hagáis en casa”. ¿Qué te parece esta historia?
