Love bombing: La nueva tendencia amorosa millennial

Si alguna vez has conocido a alguien que bebía los vientos por ti al comienzo de la relación, te colmaba de regalos y gestos amorosos y, de repente, se convirtió en una pesadilla manipuladora que derivó en una relación tóxica, estuviste en un caso de love bombing. La ‘bomba de amor’ acaba explotando, y no precisamente en corazones amorosos, sino en forma de uno de los chantajes emocionales más recurridos en la generación millennial.

Qué es el love bombing

Sí, ya te imaginarás que es una nueva forma de maltrato psicológico. Bueno, debemos ser justas. Más que nuevo, lo que sucede es que ahora los millennial lo han etiquetado con un nombre muy sugerente que describe a la perfección este tipo de chantaje emocional. ¿La razón? Parece que es muy común en las relaciones millennial, más de lo que nos gustaría.

El término love bombing fue usado por primera vez en la década de los 70′ para describir el comportamiento de una secta llamada Unification Church of the United States. El patrón de comportamiento de los miembros de la secta que reclutaban víctimas era colmarlos de atenciones afectivamente, llenarlos de amor para que se sintieran seguridad afectiva y, como consecuencia, imprimirles una obligación emocional de mantenerse en la secta y excluirse del mundo exterior.

Ahora los millennials han acuñado el término love bombing para explicar un tipo de chantaje emocional similar que se da entre las parejas. Se trata de una forma exagerada de enamorar a la otra persona, llenándola de atenciones, publicando fotos de la pareja constantemente en las redes sociales, regalos románticos inesperados, muchos mimos y muestras constantes de amor incondicional. Una vez que la víctima cae en sus redes de amor, la bomba de amor estalla y el comportamiento del lover bombing cambia por completo. El romanticismo tiene un precio muy alto para la persona que realiza el love bombing.

El círculo del love bombing

En realidad, el love bombing es un tipo de chantaje emocional que no difiere mucho de los círculos de violencia tradicionales. Primero hay una etapa de enamoramiento, donde la víctima idealiza completamente al maltratador, ya que este la envuelve de un sueño de romanticismo y amor poco habitual.

En la segunda etapa comienza a explotar la bomba poco a poco, con comportamientos de devaluación hacia la otra persona, desaprobación constante, peticiones de muestras de amor que implican separarse de la familia y amigos… Se trata de un juego de manipulación en el que el lover bombing acaba por controlar los sentimientos, ideas y acciones de la pareja.

La última etapa supone el abandono total del autoestima y la vida de la víctima por lo que el lover bombing desea. Por supuesto, en el camino hay discusiones y frustraciones, incluso la víctima puede llegar a dejar esta relación tóxica que no le aporta nada. Pero si el lover bombing ve que la relación peligra, regresa a la etapa inicial de enamoramiento para que la víctima olvide la manipulación psicológica mediante el afecto. Y así puede repetirse el círculo una y otra vez, minando poco a poco la autonomía de la víctima.

Perfil del lover bombing

Parece que las personas que utilizan este tipo de chantaje emocional son sumamente inseguros, narcisistas y ególatras. En definitiva, una persona tóxica. Sin embargo, se esfuerzan por demostrar lo contrario, con una actitud de total seguridad ante el mundo (aunque por dentro tengan el autoestima destrozada) y haciendo constantemente sus muestras de amor como si fueran muy generosos (no te confundas, lo hacen para pedir algo a cambio después, para que tengas una buena opinión suya y después no puedas decirle ‘No’).

Las víctimas de los lover bombing se sienten atrapadas entre tanta muestras de amor y atención, de modo que acaban sintiéndose obligadas a responder de alguna manera, accediendo a las peticiones del maltratador.

¿Todas las personas atentas son lover bombing?

Claro que no. Si has dado en tu vida con una pareja maravillosa que le presta atención a los detalles y es sumamente afectivo, estupendo. Siempre y cuando esa sea su forma de ser. Es decir, el lover bombing no es siempre una persona maravillosa y extremadamente romántica, sus muestras de afecto no son parte de su forma de ser, sino una estrategia de manipulación para controlar a la pareja. Tarde o temprano, acaba mostrando cómo es en realidad.

Si te encuentras con uno, lo mejor es que salgas esa relación tóxica. Siempre puedes hacerlo a la forma millennial mediante el ghosting, es decir, salir de su vida sin dejar rastro. Quizás no es la manera más educada de dejar a alguien, pero la verdad, el lover bombing se lo merece.

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