Vida en pareja: Reparto de tareas domésticas

¿Cómo repartir las tareas domésticas en la pareja? Una de las principales fuentes de conflicto en las parejas son las tareas domésticas. A pesar de que las generaciones contemporáneas han cambiado la mentalidad participando cada vez en las tareas del hogar, existen numerosos hombres que se desentienden de ellas. Esto junto a la incorporación de la mujer al mercado laboral han provocado que ellas no solo trabajen en casa sino que además lo hagan fuera sobrecargándose de trabajo. Para que la vida en pareja sea estable es clave encontrar la fórmula de realizar un reparto equitativo de tareas domésticas. A continuación, te explicamos cómo conseguirlo.

Claves para el reparto de tareas domésticas
Una de las bases sobre las que se tiene que asentar el reparto de tareas en el hogar son los acuerdos. Para alcanzarlos debe darse un principio de generosidad sustancial porque de no existir difícilmente se llegará a un punto de entendimiento. Pero, ¿cuáles son las claves que deben darse en el seno de la pareja para un reparto de tareas equitativo?

  • Negociar. Ambas partes deben poner sobre la mesa sus deseos y emociones al llevar una sobrecarga de trabajo tanto en el propio hogar como en la oficina. Hay que manifestar la insatisfacción que este desgaste genera en cada una de las partes, pero sin reproches con la finalidad de alcanzar un acuerdo que beneficie a la pareja. Piensa que los mayores beneficiados seréis vosotros, lo que se traduce en mayor tiempo para disfrutar juntos.
  • Proporcionalidad. Es importante que cada uno de los miembros de la pareja aporte su trabajo a la casa en proporción al tiempo que disponga. Sobrecargar de tareas domésticos a aquella parte de la pareja que más horas pase fuera de casa puede convertirse en una fuente de conflictos.
  • Listado de tareas. Antes de comenzar a dividir aquellas parcelas de las que se encargará cada uno es importante elaborar un listado de tareas, desde las más sencillas hasta las que supongan mayor tiempo o desgaste emocional.
  • División de las tareas. Una buena manera de repartir las tareas domésticas es en función de las habilidades de cada uno. Mantenimiento del parquet, limpiar los cristales, planchar… De este modo, se optimizará además el desempeño de la labor. No obstante, es conveniente repartirlas proporcionalmente para evitar que uno de los miembros realice las actividades más sencillas.
  • Calendario. Es importante agendar las tareas que cada uno de los miembros de la pareja debe llevar a cabo para evitar que se produzcan despistes.
  • Paciencia. Es habitual que aquellas personas que no estén acostumbradas a realizar tareas domésticas cometan errores. Por lo tanto, es importante respetar los errores, respetar los ritmos y motivar a la otra parte para que aumente el nivel de implicación.
  • Imprevistos. Si las tareas domésticas no se cumplieran antes de discutir es preferible respirar hondo y conversar. Llegado el caso convendría revisar el plan, el reparto de tareas domésticas en la pareja y modificarlo en base a las necesidades detectadas.

Con todas estas pautas de reparto de tareas domésticas se acabaron las discusiones de pareja.

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